Elecciones y gerente
Elecciones y gerente
El sistema global capitalista en su fase desarrollista demencial, se está devorando la utopía de la revolución social basada en la justicia y el paradigma de la belleza. Los estados nacionales ya no son parte de un sistema inter-nacional, sino simples vasos-comunicantes de una intricada red de mercancías, energía humana, capital e información, movidas a velocidades incalculables por la patología del dinero, sin ningún valor humano que las conduzca.
En la red global capitalista no cabe la división entre izquierda y derecha, porque el pueblo imaginado ha sido progresivamente concretado en una cadena de individuos, la mayoría de los cuales son entes trabajadores, pagados y no pagados, cuya única conciencia es la sobrevivencia diaria movida por la ilusión de ascender. Solo cuando los estómagos se contraen, éstos expulsan el hondo grito del hambre y el coro acompaña insurrecciones sin objetivo claro, casi siempre fallidas.
Los poquísimos entes que no trabajan y viven del capital acumulado, tienen más conciencia de clase que la gran masa-lumpen y han desarrollado una cabal comprensión del sistema mundo económico, de tal forma que pueden entorpecer los vasos-comunicantes precisos cuando entran en contradicción con sus socios: un ejemplo es la guerra comercial entre EE.UU. y China.
El espacio social Ecuador es un elemento de la inmensa red, sin ningún poder para maniobrar sobre lo sustantivo del sistema, con el agravante de su anclaje al circuito irregular andino, cuyas oscuras venas también están tejidas en la densa red-mundo.
En medio de esta realidad se inicia la campaña electoral en nuestro país. En el teatro al que asistimos, los días cuentan para la negociación acerca de los que serán calificados para participar en las elecciones. Cualquiera sea el ganador, asumirá el cargo de gerente del “modelo de gestión”, para mantener el acoplamiento a la red global, garantizando que toda entrada de capital, salga de vuelta.
En ese nivel, lo que cuenta es a qué operador externo se beneficiará, a quién se comprará nuevo dinero, surtiendo más o menos oxígeno a la masa, para evitar levantamientos por hambre. Lo único que hubiera podido enfrentar este momento histórico, habría sido una sociedad crítica, creativa y pensante, y eso fue lo que se destruyó. Siento un enorme pesimismo, mi poca fe está depositada en los campesinos, eslabones de la Tierra.
OPINIÓN
Por Tatiana Hidrovo Quiñónez
Ecuador News
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