¿Me aplico la vacuna?
Continúan en Rusia vacunando con la Sputnik, a miles de personas, desde el pasado cinco de diciembre, pero desde septiembre mucha gente ya la experimentó…
En toda Rusia continúa la masiva vacunación contra el Covid-19.
El pasado sábado 5 de diciembre fue la fecha en que comenzó en Moscú y otros lugars aledaños, a desarrollarse la masiva vacunación, utilizando esta sanadora vacuna rusa que se llama Spunik 5 se la continúa administrando a través de 70 clínicas, la gente está feliz ya que la vacuna es administrada sin costo alguno.
En los primeros días se aplicaron a médicos y otros trabajadores sanitarios, profesores y trabajadores sociales, que corren mayor riesgo de exposición a la enfermedad, indicó el grupo de trabajo.
«Usted trabaja en una institución educativa y tiene prioridad para la vacuna rusa COVID-19,» rezaba el mensaje de texto recibido a primera hora por un profesor moscovita y al que tuvo acceso la prensa. de
Moscú y otros lugares del país.
El alcalde de la ciudad de Moscú, Sergei Sobyanin manifestó que en estas 3 semanas que se han aplicado las vacunas Sputnik V, no ha existido ningún caso de complicaciones, demostrando la efectividad de esta vacuna..
La edad de las personas que reciben las dosis de la Sputnik V no puede ser superior a los 60 años. Tampoco podrán recibirla aquellos que presenten ciertos problemas de salud, las mujeres embarazadas y los que hayan sufrido una enfermedad respiratoria en las últimas dos semanas.
La vacuna Sputnik V se administra en dos inyecciones. Está previsto que la segunda dosis se administre 21 días después de la primera.
EN MOSCÚ NO EXISTEN COLAS PARA RECIBIR ESTA VACUNA
No hay colas en el hospital de la calle Izumnskaya, en las afueras de Moscú. Desde hace unos pocos días la esperanza para no tener que confinar de nuevo a la población es una dosis de 50 mililitros recién descongelada. Rusia ha inoculado ya a más de 350.000 personas contra la Covid-19 con la vacuna de fabricación rusa, Sputnik-V, un proceso que sigue continuando en varias clínicas de la capital rusa, cuyo proceso comnzó el pasado 5 de diciembre.
El alcalde asegura que se apuntaron 1.000 personas cada hora en los primeros días. Y que el proceso de vacunación avanza pese a los desafíos logísticos de distribuir y administrar un medicamento que ha de estar congelado hasta el último momento. Tienen prioridad los profesionales de la sanidad y del sector educativo, al considerarse «que son las profesiones de mayor riesgo», explica el doctor Andrei Tiashelnikov, que conduce a los periodistas hasta el gabinete donde los voluntarios de ese día rellenan sus fichas y reciben la primera de las dos inyecciones.
«Después de la vacunación el paciente espera una media hora y nos aseguramos de que se encuentra bien, aunque más adelante pueden contactar con nosotros si sienten molestias importantes, pero desde que empezamos el proceso no se ha dado un solo caso».
Alexandr Guintsburg, director del Centro Gamaleya, que desarrolla la Sputnik V ha destacado que Rusia es el país del mundo en que han sido vacunadas «un mayor número de personas».
VACUNA SIN ALCOHOL
Una piedra en el camino a la hora de entrgar la vacuna a la población ha sido la controversia sobre si hay que estar casi dos meses sin beber alcohol. Las autoridades sanitarias rusas han dado mensajes contradictorios. Los médicos coinciden en que el consumo constante de altas dosis de alcohol puede perjudicar el funcionamiento del sistema inmunológico. Es posible que las vacunas no funcionen tan bien en personas que abusan del alcohol, aunque el conjunto de estudios sobre el tema no arroja resultados definitivos, de hecho los niveles de anticuerpos pueden no ser indicativos del grado de protección.
El desarrollador de Sputnik V ha terciado en la polémica estableciendo que seis días sin beber puede ser suficiente. «Una copa de champán no hace daño a nadie, pero creo que no tiene sentido hablar de límites estrictos, sí que les pedimos que el día de la vacunación eviten lugares concurridos», zanja el doctor Tiashelnikov, que no ve razón para ningún tipo de miedo ni polémica pese a la premura con la que se ha puesto en circulación el fármaco.
«La vacuna tiene dos componentes, el segundo se inyecta a los 21 días, y se ha establecido que la inmunidad dura dos años», repite Tiashelnikov con paciencia parapetado tras su mascarilla. «Yo me vacuné en septiembre, con la segunda dosis en octubre. Creo en la vacuna y me siento bien».
LOS RUSOS NO TIENEN MIEDO DE LA VACUNA
Al fondo del pasillo espera Antón, de 33 años. Trabaja también en un centro sanitario. Con la manga arremangada, es uno de los héroes del día ante las cámaras invitadas a este moderno centro sanitario. «No tengo miedo, es una cuestión de responsabilidad hacia la salud propia y la de los demás». La enfermera mira fijamente su tatuaje en el brazo y le dice que mejor en el otro. No es por no estropear la foto oficial, «simplemente es el procedimiento».
Obediente, Antón aguanta el pinchazo e insiste. «La gente se pone la vacuna contra la gripe y no pasa nada». En cinco minutos está fuera de la sala. Atrás queda la nevera donde se guarda este ‘tesoro’ de la industria farmacéutica rusa, que por primera vez se ve a sí misma compitiendo con Occidente.
Según se supo el viernes, el desarrollador de Sputnik V se asociará con AstraZeneca (desarrollador de la vacuna AZD1222) para probar en un ensayo clínico si la combinación de sus dosis aumentaría la inmunidad contra la Covid-19.
La vacuna se conserva a -18 grados, la nevera está a -25 para compensar las continuas aperturas de la puerta, explica el doctor Tiashelnikov: «Tenemos 700 dosis ahí dentro». Ahora son 699: Antón cruza el último pasillo con la primera dosis del día en su sangre. Bajo el brazo lleva un certificado y una ficha que le explica qué hacer y a quién llamar en caso de malestar.
INFORME ESPECIAL
Por Vladimir Soldatkin,
Desde Moscú en especial para Ecuador News
Para ver más noticias, descarga la Edición