Leiia Hadad la Jefa de la Cia en Quito
En 2008, Leila Hadad Pérez, su jefa, fue descubierta por el gobierno de Rafael Correa y expulsada del Ecuador
Un documento que fue desclasificado de la CIA revela su trabajo especial y su gran estrategia en el Ecuador
Un reporte secreto del equipo operativo que trabajaba con agentes y colaboradores de la CIA, con su sede, en Quito, revela el caso de la conocida espía que residió en la capital ecuatoriana por más de 20 años, de nombre Leila Hadad Pérez, hasta que su red fue desmembrada en 2008 y Rafael Correa, presidente de entonces la obligó a salir del país.
En los últimos años, se intentó reclutar nuevos integrantes afines a los intereses de los Estados Unidos y fortalecer los contactos, incluso, en los medios de comunicación.
En 2008, Leila Hadad Pérez, conocida en el mundo de la inteligencia como la agente ‘Swat’, había perdido el control y la visión del objetivo que, en un principio, fue influir en nombramientos de oficiales militares y policiales con el pretexto de la lucha antidrogas.
Por eso se constituyó una agencia de reclutamiento de personas afines a los intereses norteamericanos en el Ecuador .Así fue dado a conocer un documento desclasificado por la CIA de ese año al que tuvo acceso, a partir de la publicación de la cadena de televisión multiestatal Telesur, con sede en Venezuela hace unas semanas, el cual revela una red de políticos, militares retirados y periodistas nacionales que presuntamente estuvieron vinculados a una nueva red de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de EE.UU. con el objetivo de desestabilizar las políticas del actual Gobierno Nacional.
El informe secreto del equipo operativo que habría trabajado con agentes y colaboradores —cuya autenticidad fue verificada—advierte la enorme preocupación ante la posibilidad de la salida del FOL (punto de operaciones avanzadas de EE.UU.) de la Base de Manta, lo que se hizo efectivo el 17 de julio de 2009, puesto que eso haría que “el manejo de la inteligencia ecuatoriano se debilite”.
Esto también debido al fracaso de Leila y su grupo, quienes no habrían logrado retomar el control de las fuentes militares y policiales, por lo que aconsejaban aprovechar las próximas acciones planificadas.
Perder la Base de Manta era la mayor preocupación y, al mismo tiempo, el motivo de la gran acción operativa con periodistas, militares, policías y funcionarios públicos.
Y de ahí se deduce el aparecimiento posterior de Karen Hollihan, según el reporte del documental exhibido en Telesur.
Por eso se debía “fortalecer la nueva estructura del manejo de la información local, con agentes nuevos y reubicar a los evidenciados en otros cargos”. La central — según el informe secreto— encabezado por la “señora” ahora controlaría la región andina norte desde Miami.
¿QUIÉN ERA LEILA HADAD PÉREZ?
‘Swat’ era una ciudadana libanesa cuyo verdadero nombre era Sania Elias Zaitoum El Mayek, que logró acceder a una cédula de identidad ecuatoriana de número 171049749 y con el alias de ‘Leila Hadad Pérez’, nacida el 13 de febrero de 1950 en Otavalo (Imbabura). Su objetivo era “controlar y dirigir” la inteligencia de la Policía y las Fuerzas Armadas (FF.AA.) ecuatorianas, por lo que se le conoció como la agente ‘Swat’ de la CIA. Incluso, hay testimonios de que ella realizaba movimientos de cargos de oficiales superiores y subalternos.
‘Swat’ habría llegado al país posiblemente a inicios de 1984 e instaló su residencia en Quito, donde abrió un salón de belleza y posteriormente un almacén de venta de alfombras en el norte de la capital, lo que le permitió crear una fachada para guardar las apariencias cuando, en realidad, era asidua asistente a reuniones con altos militares del Ejército y la Policía de ese entonces.
Al respecto, la El Expreso del 27 de abril de 2008, publicó una investigación en la que reveló que, incluso, un presidente habría visitado a ‘Swat’ en su local de alfombras antes de ser descubierta.
En 2002 empezarían sus problemas. Roberto Sassen van Esloo, uno de los dueños de Prodefensa, una firma de venta de armas, la enjuició por falsificación de documentos de identidad, pero a los pocos meses de haberse presentado la denuncia, prescribió la acción a favor de Hadad.
No obstante, según la prensa de la época, entre septiembre y octubre de 2004 y a raíz del incidente con Sassen, la Dirección General de Inteligencia (DGI) de la Policía Nacjonal empezó a investigarla. Esto generó un conflicto entre la DGI y la Unidad de Investigaciones Especiales (UIES), puesto que Hadad tenía al menos 10 agentes de esa unidad a su servicio.
Por esos años, el portal digital Ecuadorinmediato reveló que Hadad Pérez había sido nombrada Cónsul Honoraria del Ecuador en Alejandría (Egipto) por el gobierno de Lucio Gutiérrez el 13 de octubre de 2004. Sin embargo, no habría abierto su oficina consular en dicho país, por lo que, mediante Acuerdo Ministerial Nº 340 del 20 de julio de 2005, 2 meses después de que Gutiérrez fuera derrocado, se dieron por terminadas sus funciones.
Un oficial de inteligencia retirado de la Policía, que no quiso ser citado, corroboró el viernes pasado que Hadad tenía fuertes influencias en la UIES. Explicó que ‘Swat’ era conocida en el ambiente policial porque supervisaba el nombramiento de sus miembros y canalizaba el financiamiento de esa unidad con vehículos y dinero que al parecer venían de la CIA.
INFLUENCIA DE AGENTE DE LA CIA HADAD PÉREZ LLEGA A SU FIN
Finalmente en 2007 la influencia de Leila habría llegado a su fin. El documento secreto explica que el entonces Comandante de la Policía, Bolívar Cisneros mantuvo una posición “incomprensible” para sus fines.
“Leila nunca elaboró un perfil real del General Cisneros, quien recibió apoyo medular en su ejecución en la lucha antidrogas; esto evitó sospechar que el mando de la Policía se haya constituido en la principal persona conocedora de la estructura y que presionó el desmembramiento de la misma.
Se tiene evidencia que Cisneros ordenó la detención de Leila en su salida del país hacia los EE.UU. meses atrás, explica el informe.
Debido a todos los conflictos que generó en esos años la presencia de ‘Swat’ en el país , el mismo equipo operativo ordenó la salida de Leila del país; desmanteló la estructura y fachada (alfombras), además de cortar la comunicación con los militares y policías amigos para evitar su identificación. Sin embargo, el grupo operativo no terminaría su trabajo en Ecuador, sino que estructuraría otra central con otro mando
ACCIONES I NMEDIATAS
Una de las primeras acciones que el informe secreto revela es la restructuración de la central manteniendo a Simón Bermúdez como director nacional de la red.
Mientras que Patricio Oña tendría la relación táctico operativa con “los niveles de información de mandos medios y civiles no notables” y el abogado, Augusto Tandazo, sería el relacionista público, ya que —según el informe— mantenía un perfil de asesor jurídico en temas petroleros. El abogado tendría a los nuevos colaboradores alrededor de los agentes ya posesionados.
Otra de las disposiciones a la central era la de incrementar el intercambio de oficiales de inteligencia mediante cursos en los EE.UU. y Ecuador, es decir planes de capacitación donde se establecerían conexiones de comunicación directa con la central de Miami.
En ese sentido también pedirían un incremento económico para las operaciones de la central con sede en Ecuador para la lucha antidroga.
Finalmente, se pretendía filtrar mediante doble proceso de selección a los informantes. Y aquí es donde aparecen algunos nombres de políticos y periodistas articulados con el “nuevo mando”.
ESTRATEGIA EN BASES MILITARES
Además de los ya mencionados, el documento revela que la reestructuración también se llevaría a cabo en las bases de inteligencia militar anteriormente aliada de Leila y que confluía con los intereses de EE.UU. En ese sentido, —indica el documento secreto— el entonces director de Inteligencia, “coronel Mario Pazmiño” habría sido “quien ahora reemplaza al general Manjarrez [Tito], dentro de nuestra estructura”.
Pazmiño ayudaría —dice el informe— a fortalecer la exdirección del Ejército, el Servicio Secreto (CIQ) y los grupos de inteligencia ubicados a lo largo de la frontera norte. En ese marco el documento secreto explica que se pretendía continuar creando confrontación al interior de las FF.AA. y “alimentar por elementos colaboradores de la Embajada Americana e incrustados también en las FF.AA., instituciones civiles (Comisión anticorrupción, Fiscalía, etc.) y hasta la prensa”.
Por ello señala que “el objetivo de sacar del mando militar al actual Jefe del Comando Conjunto, a los Comandantes de Marina y Fuerza Aérea, quienes no han sido ‘colaboradores’ con las políticas de EE.UU. para el Ecuador se mantiene”. A los que se refiere el informe secreto como no aliados eran el general Héctor Camacho y el general Luis Ernesto González.
El actualmente coronel retirado Pazmiño —añade el documento secreto— habría estado trabajando para la central en Ecuador, mientras fungía como director de inteligencia del Ejército: “ya trabajó los días 9 y 10 de enero (se presume en el 2008) y tuvo reuniones con Luis Herrería (†)”.
Herrería fue presidente de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, secretario de la Administración Pública en el gobierno de Alfredo Palacio (2005- 2007) y subsecretario de Pesca durante el gobierno de Rodrigo Borja (1988-1992). Como funcionario de Palacio acusó al derrocado Lucio Gutiérrez de seguir la misma línea del proyecto bolivariano en Venezuela, encabezado por Hugo Chávez: “Es un proyecto horrible porque se desprende de Venezuela, pasa por Colombia, sigue por Ecuador porque aquí se desestabilizó la institucionalidad del país, sigue por el Perú y vean cómo terminó en Bolivia”.
Herrería, habría sido al igual que Pazmiño, uno de los principales colaboradores de la central en Guayaquil. Por eso alentaban sus contactos como los altos oficiales de la Armada que en ese tiempo estaba en proceso de renovación.
Uno de sus amigos cercanos era el contralmirante Aland Molestina, quien, a su vez, tenía “excelentes relaciones con el grupo militar de
la embajada en Quito […] fue agregado en Washington y afecto a la línea de la embajada”.
Esta intervención pretendía reactivar contactos socialcristianos iniciados por Pazmiño que incluía a Herrería, Molestina y la asambleísta Cynthia Viteri, actual Alcaldesa de Guayaquil
LOS CONTACTOS DE APOYO SE CAMBIAN…
Reportaje Especial
Por Dr. Marcelo Arboleda Segovia,
Editor en Jefe de Ecuador News
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