¡ESE ZOOM!
VIOLENCIA DE GENERO
OPINIÓN
Rosalía Arteaga Serrano
ExPresidenta Constitucional de la República del Ecuador
Desde que el coronavirus se regó por el mundo entero todos, recluidos en nuestras casas, tratando de adaptarnos al tele-trabajo y quienes estudian a través de la teleeducación, nos hemos teni-do que acostumbrar al uso de plataformas digitales, a largas horas clavados frente a las pan-tallas de computadoras, a agotadoras sesiones que nos ponen casi en un nivel de inmovilidad física.
Es indudable, al menos en el ecuador y creo que en muchas partes del planeta, que la plata-forma zoom es la más usada y la que más adeptos ha conseguido por la facilidad de acceso y uso, aún para quienes no somos expertos en tecnologías.
Es frecuente escuchar a las personas decir, cuando tienen una reunión: me voy a un zoom, u hoy he tenido 4 zooms, o 10 o hasta 14 o más, como me pasa personalmente; con una agenda recargada por lo nacional y lo internacional.
Con seguridad irán apareciendo palabras y ver-bos creados a propósito de ello como “zoombear” o “zumbeo”, que van a causar risa hasta que nos acostumbremos.
Otra secuela que nos está dejando esta utilización de lo digital es que estamos perdiendo el sabor de una buena conversación telefónica, porque todo queremos hacerlo con lo visual y no digamos el hábito de la lectura que cada vez pierde más adeptos por las exigencias de lo audiovisual.
Justo hoy, cuando me hacían una entrevista para una radio, me alegré que lo efectuaran a través del teléfono y no del tan mentado zoom, en el que uno, aún a muy tempranas horas de la mañana tiene que aparecer “presentable”, es decir vestida y arreglada para presentarse en público.
La entrevista radial por teléfono, nos permite hacerlo desde la confortable condición de des-arreglados y en cama. bueno, la verdad es que el zoom nos trae ven-tajas pero nos causa otras incomodidades como las ya descritas a las que, pandemia de por medio, hemos tenido que acostumbrarnos.