AÑO DEL BÚFALO
AÑO DEL BÚFALO
ÉPOCA DE REDENCIÓN EN LOS TIEMPOS DIFÍCILES
El Año Nuevo Chino comenzó el 12 de febrero, con la bienvenida al buey de metal, también llamado año del búfalo.
CON ESTA REALIDAD que nos toca vivir, no tenemos ánimo festivo, pues nada hay que celebrar, más bien, reflexionar por esta pandemia que ha provocado tristezas por la inesperada ausencia de tantos seres queridos y conciudadanos planetarios. Las estadísticas refieren más de dos millones de muertos en el mundo, otro tanto de contagiados y la horrenda secuela de graves padecimientos por el coronavirus.
AUN ASI, MANTENEMOS LA ESPERANZA que esto pasará, así como llegó tendrá que ausentarse, dejándonos una estela de alucinantes experiencias. Estamos sufriendo tantas tribulaciones juntas, por la falta de servicios médicos, insuficiencia hospitalaria, problemas en la economía, educación. Descontrolada violencia, hambre, saqueos, asesinatos, quiebra de empresas. Fenómenos climáticos, inundaciones, incendios forestales. Corrupción de muchos políticos a todo nivel. Feminicidios, suicidios y un angustiante etcétera que paraliza.
POR LO EXPUESTO, anhelamos que este sea el año de la REDENCIÓN. Con la inspiración espiritual de nuestro Redentor, avanzaremos por los caminos del orden, el respeto, la disciplina y serenidad. Dejando de lado los sometimientos a los apegos del poder y del dinero, lo cual confunde y en lugar de beneficiar; perjudica y los envuelve en un torbellino de pasiones desmedidas y hasta satánicas.
LA MADRE NATURALEZA ha reaccionado con su drástico castigo, pues ha sido víctima de la deforestación, la contaminación y la pesca discriminada. Los depredadores del ecosistema solo buscan su beneficio económico sin tener compasión de la tierra y la gente explotada.
ES PRECISO HACER una reingeniería global de procedimientos políticos, educacionales, bancarios, médicos, para que los ciudadanos sean como dice la muletilla: tratados “con calidad y calidez” cuya aplicación no ha sido observada. Que sean atendidos sin prisas y con amabilidad. El mundo estará mejor cuando se identifique a la gente como auténtico valor humano, el mayor recurso estratégico, alentando de este modo su bienaventuranza.
LA LUCHA ACTUAL no es “del hombre por el hombre, sino del hombre por el hambre.” Con esta pandemia tal expresión adquiere total actualidad, debido a la crisis económica y de valores que padecemos por las malas administraciones y los falsos líderes, que por allí aparecen sin pena ni gloria con la mente vacía, sus cuentas llenas de dinero usurpado y el corazón desdichado.
EN ESTE AÑO, vamos a poner en práctica las destrezas y fortalezas del búfalo, nuestro hermano menor -como solía llamar a los animales el Santo de Asís- para asimilar los desafíos y avanzar. Será un buen año sin desesperarnos y más bien disciplinarnos mejor para no caer en las garras del miedo que nos angustia.
TENER FE y confiar en nosotros mismos. Ser mejores personas, es un compromiso urgente para vigorizar nuestra estructura física y mental. Ayudarnos mutuamente, porque somos la Nueva Fraternidad Humana.
CUARESMA Y CUARENTENA
El reciente miércoles al recibir la ceniza sobre la cabeza, recordamos que somos polvo y al polvo volveremos; es el viaje de retorno al Padre Eterno. La cuaresma, son cuarenta días que recuerdan los cuarenta años en los que el pueblo de Dios viajó en el desierto para retornar a su tierra de origen. Nosotros los cristianos, debemos cumplir nuestra misión de paz y solidaridad para ser merecedores de su Divina Gracia. Poner en práctica su prédica y reconciliarnos con Él. Parecería que orar es solo para pedir y pedir; lo importante es orar para agradecer, por el milagro de la vida. Dar gracias porque podemos respirar sin necesidad de un respirador artificial ni depender de un tanque de oxígeno. En este tiempo de cuarentenas, es posible que el tanque dure 5 o 7 horas, pero debemos respirar 24 horas cada día de nuestra existencia. Es un pequeño ejemplo de nuestro acercamiento de gratitud a la Suprema Personalidad porque podemos ver, escuchar, hablar, caminar, oler, saborear, caminar, pensar, amar. Es que hay tanto que agradecer al Padre Celestial y HOY es el mejor momento.
Fernando Héctor Naranjo-Villací
fnaranjo@gye.satnet.net
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