9 de Mayo, el Día de la Victoria
9 de Mayo, el Día de la Victoria
El 9 de mayo de 1945 finalizaron la Segunda Guerra Mundial y la Gran Guerra Patria, conflictos que se desarrollaron en lo fundamental en el frente soviético-alemán, donde se libraron las más importantes y decisivas batallas que resquebrajaron la espina dorsal de la Werhmacht, las Fuerzas Armadas de Alemania Nazi, el más potente complejo militar bélico creado por el hombre. No se cumplieron las expectativas alemanas de conquistar el mundo porque, a diferencia del resto de Europa, la Wehrmacht encontró en la Unión Soviética una resistencia que jamás esperó.
Adolf Hitler se suicidó el 30 de abril de 1945. Se encontraba en un bunker, donde al final de la guerra se había refugiado, protegiéndose de las tropas soviéticas que lo habían acorralado por completo durante la batalla por Berlín. El nazismo, principal responsable de este conflicto, nació antes de Hitler.
Según varios relatos, Hiperbórea se divide en las islas de Thule y Última Thule, que algunos suponen son Islandia y Groenlandia. Bal Gangadhar Tilak, en “El hogar ártico de los vedas” asocia el origen de la raza aria con la migración al sur de los habitantes de Thule. Durante la Primera Guerra Mundial, y un poco antes, Guido von List, Jorg Lanz von Liebenfels y Phillip Stauffre, representantes del misticismo y el paganismo alemán, popularizan la ariosofía, sistema ideológico esotérico en que se mezclan el concepto de raza y la teosofía con el nacionalismo germán, para sobre la base de la superioridad de la raza aria legitimar las conquistas de Alemania.
Rudolf von Sebottendorf se hace miembro de la Orden Germánica de los Caballeros Teutones, agrupación basada en el espíritu de la ariosofía, y en 1910 funda en Múnich la Sociedad Thule, cofradía secreta en la que se mezclan la masonería, el racismo, la astrología, la numerología, la alquimia, la meditación sufí, la superioridad aria, el antisemitismo, el genocidio y los asesinatos por motivos políticos. Esta última doctrina se basaba en los “assassins”, actividad estratégica de asesinatos selectivos contra dirigentes políticos, militares y reyes, derivada de la secta nazarí del islam chií, que floreció durante las Cruzadas.
La Sociedad Thule, madre espiritual del nacionalsocialismo, se convierte en una agrupación cuya finalidad es instaurar el nazismo en Alemania. A finales de 1919, Dietrich Eckart, dirigente de la Sociedad Thule, introduce a Hitler en esa organización y le comienza a educar en los métodos para aprovechar el poder de la mente en la creación de la raza aria. Anton Drexler, miembro de la Sociedad Thule, establece en 1919 vínculos con varias organizaciones extremistas de Múnich para, junto con Karl Harrer, fundar el DAP, o Partido Alemán de los Trabajadores. Hitler ingresa a ese partido y el 1 de abril de 1920 lo refunda como NSDAP, o Partido Obrero Nacionalsocialista Alemán, Nazi.
En 1871, el novelista británico Edward Bulwer-Lytton, en “La raza que viene”, describe la raza superior, la vril-ya, que vive bajo tierra y planea conquistar el mundo con el vril, una energía psicoquinética. El autor francés Louis Jacolliot promueve este mito en “Las tradiciones indo-europeas” y en “Los hijos de Dios”; en ambos libros, los Thule, habitantes del mundo subterráneo, aprovecharían el poder del vril para convertirse en superhombres y dominar el mundo.
En 1918, Karl Haushofer funda en Berlín la Sociedad Vril, que en la práctica tiene las mismas ideas que la Sociedad Thule, e influye también en el nacionalismo de Hitler. La Sociedad Vril busca bajo tierra el contacto con seres sobrenaturales, para obtener de ellos el poder mental, y defiende el origen euroasiático de la raza aria. De esta manera, a principios del siglo XX, muchos alemanes creen descender de arios que habían migrado desde Hiperbórea-Thule y que estaban destinados a convertirse, mediante el poder del vril, en la raza aria de superhombres; Hitler es uno de ellos.
Haushofer desarrolla la geopolítica y a principios de 1920 se convierte en director del Instituto de Geopolítica en la Universidad de Ludwig-Maximilian de Münich. En su geopolítica defiende la conquista de territorios como un medio para adquirir poder, lo que llama “espacio vital”, lebensraum en alemán. Rudolf Hess, estudiante próximo a Haushofer, le presenta a Hitler, que se hallaba en prisión después del fallido “Putsch de Münich” de noviembre del 1923. Luego le visita a menudo para enseñarle la relación de la geopolítica con las ideas de las Sociedades Thule y el vril. El 30 de enero de 1933, ya nombrado canciller, Hitler adopta la geopolítica como la doctrina para la conquista por la raza aria de Europa Oriental, Rusia y Asia Central.
Los teóricos nazis sostienen que los arios de la India son el prototipo de invasores de raza blanca y asocian la esvástica con la tesis de la ascendencia aria del pueblo alemán. En 1920, los nazis adoptan la esvástica, la ven como el emblema apropiado de la supremacía blanca, el símbolo de la raza aria. Hitler, en “Mi lucha” la llama el estandarte de “la lucha por la victoria del hombre ario”. La Sociedad Thule adopta la “Hakenkreuz” como emblema suyo y la sitúa dentro de un círculo con una daga vertical superpuesta. En 1920, Friedrich Krohn, de la Sociedad Thule, le sugiere a Hitler adoptar la “Hakenkreuz” como la bandera del Partido Nazi. Hitler la elige con el fondo rojo para competir contra la bandera del Partido Comunista.
Para los nazis son importantes la Atlántida; Hiperbórea-Thule; Agartha, reino legendario ubicado debajo del desierto de Gobi; Shambhala, reino místico escondido en algún lugar más allá de la cordillera del Himalaya, y Aldebarán, la estrella más brillante de la constelación Tauro, que consideran los hogares originales de la raza aria y el superhombre. Creían en la “herrenrasse”, raza madre que fue corrompida por la mezcla con razas inferiores. De este conjunto de creencias nazis se destaca la búsqueda del Santo Grial; Otto Rahn, miembro de las SS y autor de “La corte de Lucifer”, lo buscó en Montsegur. Himmler ordenó la distribución gratuita de “La corte de Lucifer” entre los oficiales de alta graduación de las SS.
Otro elemento dominante en el nazismo es el interés por los cátaros. Otto Rahn consideraba el Catarismo como una religión ecuménica, capaz de unificar Europa, y a los cátaros como los legítimos guardianes del santo Grial. Himmler concedía a ciertos elegidos el anillo Totenkopfring que indicaba un rango de iniciación en las creencias esotéricas que caracterizaban a la alta cúpula de las SS. Bajo la influencia de la ideología de la Sociedad Thule, Hitler cree que el cristianismo es una religión infectada en sus raíces por el judaísmo, percibe el perdón y la abnegación como algo antinatural, como el triunfo de los débiles, y él mismo se ve predestinado a eliminar el comunismo, doctrina política para los débiles de espíritu.
Si a este mejunje ideológico se añade el soporte del gran capital financiero mundial, que vio en Hitler suficientes atributos de dureza y violencia, necesarios para derrotar la efervescencia revolucionaria del pueblo alemán, se comprende que Hitler no fue sólo el demagogo que engatusó a todo un país de grandes tradiciones libertarias y formidables pensadores y artistas, que instauró una dictadura personal y llevó a los habitantes de Alemania a la guerra, como a una manada de ciegos, sino que fue un fenómeno social generado por el capitalismo, todavía latente en la actualidad.
Los grandes capitalistas y empresarios del mundo se habían acercado en la década de los años 30 al partido Nazi, que en la Alemania contaba con la mayor organización y fuerza para combatir el comunismo, porque Hitler les había prometido erradicarlo del planeta. En noviembre de 1932 diecisiete poderosos banqueros e industriales alemanes firmaron una solicitud dirigida al presidente Hindenburg, en la que exigían dar a Hitler el cargo de Canciller de Alemania. El 30 de enero de 1933, Hitler fue nombrado Canciller de Alemania después de que banqueros de EEUU lo aprobaran. Una vez en el poder, Hitlerconstituyó el Consejo General de la Nueva Alemania, compuesto por los mayores propietarios alemanes. En este organismo se hallaban las fuerzas que desataron la guerra. Luego vendría el incendio del Reichstag, achacado a los comunistas, que le permitió a Hitler investirse de poderes absolutos, proclamarse Führer, líder omnímodo de Alemania, y obtener todo el apoyo internacional.
Antes del 1 septiembre de 1939, los plutócratas del mundo presionaron a Hitler para que desatara la guerra contra Polonia y, posteriormente, contra la Unión Soviética, que siempre fue el blanco principal. Se trató de una política peligrosa, que estimuló las conquistas nazis en el llamado ‘espacio vital’ del este y que casi termina descuartizando a sus auspiciadores, ya que Hitler, antes de dar un paso hacia el Oriente, lo dio hacia Occidente, ya que siempre el diablo mal paga a sus devotos.
OPINIÓN
Por Rodolfo Bueno Ortiz
Corresponsal de Ecuador News en Quito
www.ecuadornews.com.ec