Demasiado tarde el homenaje a Jesús Fichamba

Demasiado tarde el homenaje a Jesús Fichamba
“Tenemos el endemoniado defecto de callar y no reconocer cuando es oportuno los méritos de una persona y comprar una corona cuando alguien ya no quiere despertar, que es como hablan de la muerte los nobles gitanos.” Anoto esta reflexión de hace muchos años, durante una de nuestras pláticas con el prestigioso escritor y poeta Paco Tobar.
Hemos visto pasar desapercibido los magníficos logros de brillantes profesionales en su vida artística, científica, humanitaria. Hasta las leyes son discriminatorias e insulsas cuando expresan que para merecer homenajes y erigir un busto, monumento o identificar el nombre de una calle o plaza, será para una persona
que haya fallecido, muerto, que no exista corporalmente.
Por las redes sociales se podía apreciar un video musical en homenaje a JESÚS FICHAMBA, varios artistas intervinieron en una producción bien lograda, matizando con sus voces, “La Pinta, la Niña y la Santa María” canción que le dio buena fama durante su participación en el Festival de la OTI 1985 en Sevilla-España, tema escrito por Luis Padilla Guevara y arreglos musicales de Gustavo Pacheco, quien además dirigió la orquesta. Los cibernautas aplaudieron el video, asimismo expresaron sentimientos de tristeza por haberlo realizado demasiado tarde.
Esto debió ser presentado en un momento de su existencia plena, para que JESÚS FICHAMBA feliz lo disfrute y lo comparta con su público y su familia. Lamentablemente, por esta vieja y detestable costumbre, muchos de nuestros artífices del canto popular se han ido tristes por esta ausencia del entusiasta reconocimiento colectivo. Así fue con Julio Jaramillo, quien trajo fama del exterior y en muchos lugares conocieron de nuestro país por Julio, además lo adoptaron y lo presentaban como propio en: Venezuela, Puerto Rico y México. Así como él: Olimpo Cárdenas, Hugo Enríquez, Eduardo Brito, Juan Cavero, Olga Gutiérrez, Pepe Jaramillo, Hnos. Montecel, Mireya Levi, Holanda Campos, Agustín Bohórquez, Fausto Huayamabe, Juan Álava, Chugo Tobar, Irma Arauz, Roberto Calero, Maruja Mendoza, Máxima Mejía, Tito del Salto, Paúl Sol, Pepe Parra, y otros que exaltaron nuestra música y no trascendieron por la poca o ninguna cultura y respeto a nuestros valores artísticos. Los recordamos y destacamos desde estas páginas.
AMÓ INTENSAMENTE A SU FAMILIA
María José Fichamba hija del artista, dijo que antes de enfermar su padre tenía muchos planes en mente. Además de lanzar un nuevo disco, decidió renovar las promesas matrimoniales con su cónyuge Shirley Consuelo Salazar; estuvieron separados por algún tiempo, pero nunca se divorciaron y ambos querían volver a compartir el resto de sus vidas. La adoración de JESÚS FICHAMBA eran sus nietos: Jeremy -22 años-, Natalia y Shirley -de 7- y Mateo -4-, a quienes amorosamente dedicaba la mayor parte de su tiempo.
UN ARTISTA CON BUENA FORMACIÓN
Recuerdo, que además de su preparación musical para el Festival OTI, JESÚS tuvo la feliz oportunidad de recibir un entrenamiento especial y personal, de Eduardo Mendoza Sáenz de Tejada, recordado maestro, gigante de las Relaciones Humanas y Empresariales, representante internacional de los cursos Dale Carnegie, lo que sirvió para darle mayor seguridad en su presencia escénica, cultura general y comunicación con su público. Es allí donde lo conocí y pude apreciar el nacimiento de su proyección internacional.
El retorno a la pacha mama Posiblemente hubiese querido cantar “Basija de Barro”: Yo quiero que a mí me entierren, como a mis antepasados. JESÚS FICHAMBA, identificado con sus costumbres ancestrales, a las que respetó y honrosamente supo ser su abanderado. El féretro fue cubierto con su poncho y como dos blancas palomas, sus alpargatas. Lamentamos su ausencia, víctima de la maléfica pandemia que azota al mundo. Estaba en un buen momento, 74 años, sano, fuerte y motivado a seguir cantando y compartiendo momentos con su familia y su público. El lunes 26 de abril, retornó en paz, a los brazos eternos de la Pacha Mama.