Entretenimiento de fútbol, show de terror
EL DÍA QUE MÉXICO ASESINÓ EL ENTRETENIMIENTO DEL FÚTBOL
Lo convirtió en un show de terror
De hecho fue el tiro de gracia. La cúspide de degradación humana que se vio en Estadio Corregidora en el Querétaro vs Atlas no fue producto de la generación espontánea. Tampoco de la acumulación de ímpetus por dos años de semi encierro por pandemia, sino la bomba de tiempo que autoridades, empresarios y patrocinadores plantaron en el futbol y hoy les ha estallado en la cara.
Han sido décadas de aviso donde solo movimos la cabeza en gesto de lamento y volteamos a otro lado. No puede ser normal que en un acto que se promociona como entretenimiento familiar el requisito para entrar sea hacerlo sin cinturones, porque por alguna razón su función de accesorio de moda y vestido se transforma dentro de un estadio en un potencial instrumento para causar daño. Esa debió ser una alerta y preferimos no verla. Peor aún, que justo lo que se supone no puedes meter a un juego de fútbol sea lo primero que se observa en las imágenes de la brutal bronca, solo da cuenta de que no solo somos negligentes, sino además tentamos al destino y lo encaminamos para un desenlace fatídico. Que un sujeto quisiera llevarse la red de la portería cortándola no con los dientes, sino con lo que parece un objeto punzocortante, solo muestra que la seguridad del lugar no era laxa, sino inexistente.
No sé que duele más, si ver al Brayan llevándose la red de la portería como recuerdo o el hecho de que se le permitió a un primate entrar con tremendo cuchillo…
¿En qué sociedad una persona lleva una arma a lo que se supone es un evento de entretenimiento? En una donde las pandillas y clubs de vándalos son tolerados en aras de un negocio que confunde la pasión deportiva con la defensa de un territorio, incluso si eso implica la posibilidad de matar a otro.
Violencia y más violencia
El horror de la violencia en México ha emergido también en el fútbol. Ese sábado, en lo que parecía un rutinario partido de la Liga mexicana se desató una monumental batalla en las tribunas que ha dejado imágenes para el olvido: golpes, golpes y más golpes, con armas blancas, sillas, puñetazos…
Cuesta encontrar en la hemeroteca reciente secuencias de violencia extrema como la que mostraron los supuestos hinchas del Querétaro y el Atlas.
En torno a las 22.00 (hora local), el primer informe oficial apuntaba a un saldo de 22 heridos, nueve fueron trasladados al hospital, al menos dos de ellos graves. Se trata de un suceso que trasciende el ámbito del fútbol y refleja con crudeza tanto la violencia que carcome México como la inoperancia de las autoridades, bien sea de la policía, ausente en el estadio La Corregidora.
La Liga había permitido que se jugasen tres partidos después del suceso, como si no hubiese ocurrido nada. Cerca de la medianoche, la organización decidió suspender todos los partidos en México.
Se habían jugado poco más de 60 minutos del partido entre el Querétaro y el Atlas cuando las agresiones entre los hinchas empezaron a robar la atención de lo que ocurría en el campo.
Alarmados por la virulencia de las peleas, centenares de aficionados bajaron a la desesperada al césped para resguardarse de las palizas que se sucedían en las gradas y que luego se extendieron por el terreno de juego y los aledaños del estadio.
Los jugadores de ambos equipos buscaron refugio en los vestuarios. Qué desató la batalla campal no está claro, y se desconocen episodios de violencia entre los aficionados de ambos clubes hasta hoy.
La televisión mostró cómo familias despavoridas cruzaban el campo huyendo de los golpes. La seguridad del estadio, deficiente y desbordada, no podía más que guiar a los aficionados hacia los túneles de salida. En las imágenes no se ven policías.
El guardameta del Querétaro, Washington Aguerre, pedía a sus hinchas que se tranquilizaran, aunque nadie pareció hacerle caso. En el otro lado del campo, un aficionado cubierto de sangre imploraba para que le dejaran de dar de puñetazos. En el centro, un aficionado rojiblanco protegía a su pareja de las patadas de un grupo de hombres desaforados. En el exterior del estadio las golpizas seguían. Grupos de aficionados del Querétaro, equipo local, desnudaron a sus
rivales y les propinaban todo tipo de golpes.
Pese a ya estar noqueados y empapados de sangre en el pavimento, seguían recibiendo patadas y correazos. El terror nunca antes visto en un partido de fútbol en México.
Las declaraciones de condena no se hicieron esperar, pero de poco parecían servir a esas alturas. “Inadmisible y lamentable la violencia en el estadio La Corregidora. Se castigará ejemplarmente a los responsables por la ausencia de seguridad en el estadio”, condenó Mikel Arriola, el presidente de la Liga MX. “Nuestro compromiso es actuar para que no haya impunidad ante estos hechos”, agregó más tarde Arriola, quien dejó entrever que existe la posibilidad de expulsar del campeonato al Querétaro. El gobernador del Estado, Mauricio Kuri, apuntó directamente contra el club: “La empresa propietaria de Gallos e instituciones deberán responder por los hechos”.
Las aficiones de Querétaro y Atlas habían protagonizado ya diversos episodios violentos. Además, la barra de los Gallos fue protagonista de otro lamentable episodio en octubre de 2019 cuando sus aficionados comenzaron una batalla en las gradas contra los hinchas del Atlético de San Luis, la franquicia del Atlético de Madrid en México.
Esa vez solo hubo una amenaza de veto del campo por parte de los altos mandos del fútbol mexicano y volvieron a la normalidad. En 2015, los radicales del Atlas invadieron el campo en un partido contra las Chivas, su máximo rival, con apenas 54 minutos de juego.
La barra del conjunto rojinegro bajó al campo a increpar a sus futbolistas que perdían 4-1, los policías también perdieron el control los primeros minutos, pero lograron proteger a los futbolistas y cerrar las entradas a la cancha. Esa vez solo se contabilizó a una decena de heridos y ningún muerto. La Federación Mexicana de Fútbol multó al club con dos partidos sin seguidores en sus tribunas.
LA IMAGEN DE LA INFAMIA
El niño sin camiseta para que no le pegaran
Otra lamentable imagen desde México está dando la vuelta el mundo luego de la barbarie ocurrida entre los hinchas de Querétaro y Atlas. Se trata de una familia que asistió al estadio Corregidora y al minuto 62′ cuando estalló la violencia tuvo que escapar por la cancha. La imagen es triste porque debieron quitarle la camiseta a uno de sus hijos para evitar ser atacados por la hinchada rival. Así fue compartida esa imagen en las redes sociales.
“En el Querétaro-Atlas estos padres tuvieron que quitarle la camiseta a su hijo para que las barras bravas no le agredieran. Hasta este punto se llegó anoche, qué pena más grande”, dice un usuario.
La masacre de Querétaro debería costarle el mundial 2026 a México. Es solo un niño, con miedo a que lo golpeen por llevar la camiseta de su equipo. Por favor, esto no puede quedar así, hagan viral este video, comenten, no nos callemos.
“Empezaron a golpear a familias, a niños y mujeres de forma indiscriminada y eso fue el punto de no retorno. Pongo como principal responsable a la Secretaría de Seguridad del estado de Querétaro por haber subestimado el riesgo, por únicamente haber colocado policías estatales afuera y adentro únicamente seguridad privada que no estaba capacitada. Solo dos señoras de entre 40 y 50 años estaban para cuando cuidarnos y cuando vieron que la pelea estaba escalando, una se puso a llorar”, dijo un hincha visitante.
DEPORTES
Información de Diego Mancera y Miguel Ángel Castillo,
especial para Ecuador News
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