Más de 300 organizaciones que defienden los Derechos Humanos e impulsan cambios radicales en la justicia penal de Nueva York, iniciaron una campaña este miércoles para presionar, luego de años de espera, para que la Asamblea Estatal selle el compromiso de aprobar dos propuestas de ley que cambiarían las normas que rigen la libertad condicional en el estado: Ley de Libertad Condicional para Personas Mayores y Ley de Libertad Condicional Justa y Oportuna.
Esta vez, la coalición Campaña por la Libertad Condicional (RAPP) puso el “dedo en esta herida” a través de algunos datos: Actualmente hay 1,138 personas identificadas como mujeres en las 53 prisiones de Nueva York, de las cuales la gran mayoría son negras y latinas. En este grupo se encuentran también las mujeres transgénero.
Además, casi una de cada cinco mujeres en las prisiones del estado de Nueva York (19%), tiene 50 años de edad o más.
En este momento, casi la mitad, es decir el 46%, de toda la población femenina en prisión, están cumpliendo sentencias que podrían ser elegibles para libertad condicional, tanto por su edad, por los años que han estado tras las rejas y por su buena conducta.
“Luego de años de espera y cuando celebramos el Mes de la Historia de la Mujer, estamos elevando nuevamente la voz ante la crisis humanitaria que significa que miles de madres envejezcan y mueran en las cárceles esperando un beneficio procesal. Todo es más dramático para las mujeres trans, en su mayoría inmigrantes, que son objetos de humillaciones y abusos en el sistema carcelario”, destacó Teana Taylor de RAPP.
Libertad por edad y buena conducta
De aprobarse en la legislatura estatal el anteproyecto de Ley de Libertad Condicional para Personas Mayores, se daría a las personas encarceladas que tienen 55 años o más, y que ya han cumplido 15 años en prisión, la oportunidad de presentarse ante una junta de libertad condicional.
A su vez, la Ley de Libertad Condicional Justa y Oportuna, cambiaría los estándares de este beneficio y centraría la liberación en la rehabilitación y los cambios en el comportamiento del reo mientras paga su pena. No solo en el delito original.
Los portavoces de decenas de organizaciones centran sus esperanzas en que con la atención reciente en torno a la crisis en la cárcel de Rikers Island, en Queens, y los reportes “infernales” de cómo la pandemia agudizó las crisis de servicios en todas las prisiones, exista la “sensibilización” para pasar estas legislaciones que están en la lista de espera de propuestas para cambiar el sistema de justicia penal.
En este sentido, Roslyn Smith, de la organización V-Day, detalló que se trata de un “acto de justicia para ofrecer una segunda oportunidad a prisioneras y a sus familiares, para que puedan reintegrarse, dejando a un lado un sistema que castiga con fuerza a quienes además forman parte del colectivo LGBT”.
“Evitemos más tragedias”
En la primera línea de respaldo para “pelear” en Albany por estas legislaciones, se encuentra la asambleísta de origen hispano Jessica González-Rojas, quien representa a comunidades del Distrito 34 de Queens.
“He visitado los centros de reclusión de mujeres en los últimos meses, he hablado personalmente con ellas. Y sé lo que estaríamos evitando si aprobamos estas propuestas: ¡Frenaríamos más tragedias! Nuestro compromiso personal es que aprobemos estas legislaciones”, subrayó.
Con base a algunos datos publicados por el Centro de Justicia de la Universidad de Columbia, 1,278 personas han muerto mientras estaban en el sistema penitenciario estatal, en los últimos 10 años, un número que, según los defensores, ilustra la necesidad de revisar el sistema de libertad condicional.
Esto significa, que más personas han muerto en las prisiones del estado de Nueva York en la última década, que el número total de personas ejecutadas durante los 300 años que se permitió la pena capital, especifica el reporte.
El informe académico también encontró que las personas negras representan un porcentaje desproporcionadamente alto de muertes en prisión, lo que representa el 41% de todos los decesos.
Los defensores indicaron en la acción virtual, que el sistema es particularmente cruel con las personas encarceladas que desarrollan una enfermedad terminal, mientras están bajo custodia.
Agresión y discriminación
La asambleísta puertorriqueña Maritza Dávila, quien representa el Distrito 53 de Bushwick y Williamsburg, en Brooklyn, también se unió al grupo de legisladores que respaldan crear condiciones para que las mujeres que están tras las rejas en custodia del estado estén seguras.
“Cuando las personas cometen un delito, no deberían pagarlo con su vida, esencialmente estar en la cárcel parece una pena de muerte automática. Es nuestra responsabilidad mantener a las personas seguras, especialmente a las personas trans y de género no conforme tras las rejas.” dijo la asambleísta.
En una encuesta de 2020, en la prisión de Bedford Hills para mujeres realizada por The Correctional Association, el 74 % de los 110 encuestados identificaron que habían presenciado alguna forma de violencia o abuso por parte del personal, incluido el abuso físico, sexual y verbal a la población femenina.
Mientras que el 53% de los encuestados, informaron haber experimentado tales actos de violencia por parte del propio personal correccional.
La congresista neoyorquina Nydia Velázquez manifestó que estará apoyando esta campaña por modificaciones en la justicia condicional.
“Animo a los legisladores de Albany a aprobar estos proyectos en esta sesión, para crear oportunidades significativas para considerar la liberación para aquellos que se han transformado tras las rejas y están listos para reunirse con sus familias. Debemos invertir más en reinserción. Así nuestras comunidades estarán más seguras”, consideró.
“Triplemente afectados”
En la línea más gruesa de esta situación de hostilidad, la vocera de New Pride Agenda, Shear Avory, quien se integró a la defensa de los derechos de la comunidad LGTBQIA, aseguró que los miembros de este colectivo que se encuentran tras las rejas, están “triplemente” afectados por la “crisis humanitaria” que sacude al sistema penitenciario.
“Las personas trans son desproporcionadamente vigiladas y criminalizadas. Particularmente mujeres trans negras y trabajadoras sexuales. Estas desigualdades se exacerban en la prisión. Nuestros mayores merecen algo mejor. Merecen ser tratados con dignidad y respeto. Casi la mitad de todas las mujeres encarceladas están cumpliendo sentencias elegibles para libertad condicional.”, destacó la activista.
La historia de Valerie: 40 años en prisión
En este mes de marzo cuando se conmemora la Historia de la Mujer se empujarán desde varios frentes de lucha estas legislaciones calificadas como de “justicia penal y racial”, en honor a Valerie Gautier, la mujer que vivió más años tras las rejas en la historia de Nueva York.
Valerie fue una afroamericana que fue condenada cuando tenía 21 años y murió en 2019 presuntamente por una enfermedad mal diagnosticada en el Centro Correccional de Bedford Hills. Tenía 61 años y había permanecido 40 años en prisión.
De acuerdo con la opinión de voceros de las organizaciones, ella no fue elegible para la consideración de libertad condicional, a pesar de “haber transformado y cambiado su vida por completo”.
Más recientemente, Lulu Benson-Saey, una sobreviviente de abuso, se convirtió en la primera mujer en morir de COVID-19 tras las rejas en Nueva York, también a los 61 años.
En ambos casos, el exgobernador Andrew Cuomo les negó la clemencia.
Los anteproyectos de Libertad Condicional para Personas Mayores (S.15A/A.8855) y Libertad Condicional Justa y Oportuna (S.7514/A.4231A) habrían brindado a Valerie, Lulu y muchos otros una oportunidad significativa para considerar el beneficio de libertad condicional.
¿Hay posibilidades de que pasen las leyes?
En el cierre de las sesiones legislativas en junio del año pasado, estos dos anteproyectos de reforma judicial quedaron pendientes, dejando un sinsabor en centenares de organizaciones y defensores.Temas técnicos y desacuerdos dentro de la misma bancada demócrata frenaron su aprobación.
“Se espera que este año pase a la plenaria. Y se llegue un acuerdo”, dijeron a El Diario fuentes de Albany.
En cambio, otros portavoces aseguran que la presión que vive Nueva York por la controversia por los efectos de la Reforma de la Ley de Fianzas y la criminalidad podría ser un punto que “inunde” esta discusión.
“Son temas distintos. Pero persisten muchos desacuerdos en los temas vinculados a las reformas de justicia penal. Habrá que pelear. Y mucho. Hay una corriente muy fuerte que se opone al descarcelamiento”, acotó el informante.
Mujeres en prisión en NY:
- 46% de todas las mujeres encarceladas están cumpliendo sentencias elegibles para libertad condicional, así lo determinó una investigación del Instituto de Justicia Vera.
- 95% de las mujeres en las prisiones estatales de Nueva York son sobrevivientes de traumas y abusos, que a menudo incluyen violencia sexual y violencia de pareja íntima.
- 8 de cada 10 mujeres encarceladas son madres.
- 80,000 niños tienen un padre que está encarcelado en una instalación penitenciaria de NY.
- 56% de las personas que murieron en prisión durante la última década tenían 55 años o más, lo que el Departamento de Corrección de Nueva York define como “adultos mayores”.
- 1 de cada tres personas que murieron en prisión ya había cumplido al menos 15 años privadas de libertad..