TENEMOS 10 SEMANAS DE TRIGO
TENEMOS 10 SEMANAS DE TRIGO
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha sido el escenario de un debate donde se advirtió al mundo que “hay solo 10 semanas de provisiones de trigo”.
Esto significa una amenaza “sísmica” para los países dependientes de las importaciones de este producto.
El problema viene por la ruptura de las cadenas de suministros, la disminución de la provisión de fertilizantes, las sequías por el cambio climático y los efectos de la pandemia, agravados, en los últimos meses, por la agresión a Ucrania y las sanciones aplicadas a Rusia, en esta guerra que hemos calificado como “absurda”. Una tercera parte de trigo que consume el mundo era producida en Ucrania y Rusia.
Hay que recordar que el 99% del trigo que se consume en el Ecuador es importado, pues, según estadísticas del 2021, tan sólo el uno por ciento de las 700 000 toneladas de trigo se producen localmente. Hace décadas, logramos destruir nuestros campos trigueros y hoy somos dependientes.
En realidad, se podría decir que cambiamos petróleo por trigo. El petróleo, lamentablemente, no se come.
La escasez actual se traduce en el aumento de los costos de la harina de trigo y, por ende, incide en la alimentación diaria de todos los ecuatorianos, por el incremento del costo del pan, del fideo, de las coladas y de una multiplicidad de alimentos que los ecuatorianos nos hemos acostumbrado, desde que este cereal llegó a América, en la época colonial.
Las Naciones Unidas alertan que millones de personas en todas partes del mundo sufrirán inseguridad alimentaria, malnutrición y hasta hambruna.
Por ello, es fundamental encontrar soluciones inmediatas a nivel nacional, como la sustitución por productos nacionales, e internacional, a través de la estabilización y ordenamiento del mercado de alimentos.
Hay que disminuir la dependencia de alimentos en un mundo que se aleja de la globalización y recurre cada vez más al proteccionismo.
Recordemos a las élites del mundo que los pueblos hambrientos han provocado revoluciones y conmoción social.
OPINIÓN
Por Canciller Luis Gallegos Chiriboga
Ecuador News
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