Ahora que el Ecuador se enfrenta al incremento de casos COVID-19 por las nuevas variantes, BA4 y BA5, el investigador en biomedicina, Enrique Terán explicó que esto se debe a que ahora existe una mayor transmisibilidad. Enfatizó en que la permanencia del virus se deriva del riesgo implícito de eliminar las medidas de restricción y que “haber retirado de manera precipitada el uso de la mascarilla” es uno de los factores que más influye. Informó que cuando se adoptó esta medida, el porcentaje de positividad era del 5%, y ahora, nos enfrentamos al 50% de casos de personas que contraen la enfermedad.
Terán precisó que a esto se suma la baja adopción de las dosis de refuerzo, e indicó que esta se encuentra por debajo del 40%. Informó que, la mayor parte de los ciudadanos ha dejado de acudir a los centros de vacunación porque se cree que la “inmunidad natural” es más efectiva.
Sin embargo, puntualizó que “esa defensa natural dura de 2 a 3 meses y la protección vacunal entre 4 a 5 meses”. Además, explicó que conforme se va repitiendo el cuadro infeccioso, se incrementa el riesgo de desarrollar un cuadro post COVID. Esto implica que los efectos como la fatiga y el malestar respiratorio persistirían por un tiempo prolongado.
Acotó que quienes tienen más de 6 meses de haber recibido la dosis de refuerzo mantienen una mayor posibilidad de infectarse nuevamente. Aun así, la situación no se ha visto en riesgo ya que las vacunas disminuyen las posibilidades de necesitar atención hospitalaria. Respecto a esto, Terán precisó que conforme se incrementa el número de casos, la probabilidad de que haya complicaciones también aumenta.
Si bien la variante ómicron representa un 95% del total de los casos positivos, se espera que este virus vaya perdiendo agresividad. Mientras tanto, Terán recalcó que «con estas nuevas variantes en el país hay que tener mucho cuidado”. No podemos dejar de lado el aprendizaje: lavado de manos, uso de mascarilla, y evitar los ambientes de poca ventilación.
Terán hizo un llamado a las autoridades respectivas para regular el número de días que se debe permanecer en aislamiento. Mencionó que “está demostrado en múltiples estudios que 5 días es un plazo prematuro”. Además, precisó que es necesario que se facilite el acceso a pruebas de antígenos en farmacias para quienes crean que tienen sintomatología, puedan hacerse una prueba y no se vean limitados por el alto costo de recurrir a un laboratorio. Esto es necesario ya que “el virus vino para quedarse” y se deben mejorar las medidas de bioseguridad.
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