El Comité Nacional Demócrata contó con su presencia en un instituto de Maryland, estado adyacente a Washington de mayoría progresista, al que llegó habiéndose congratulado antes de sus dos primeros años de mandato.
“Las cosas están empezando a cambiar un poco. Vamos encaminados en la buena dirección”, dijo en una recepción previa de ese comité, un evento privado de recaudación de fondos que aspiraba a movilizar un millón de dólares.
El mitin posterior, el primero en meses, le permitió ensalzar sus logros y reforzar la moral del votante demócrata antes de que el 8 de noviembre su partido se juegue la mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.
“Voy a ser claro: su derecho a elegir está en la papeleta, incluso la democracia está en la papeleta. ¿Están dispuestos a pelear por ella? ¡Voten! Creo que Estados Unidos está en un punto de inflexión, en uno de esos momentos que lo cambian todo”, dijo Biden.
Disyuntiva electoral
En noviembre, declaró ante unas 2,400 personas, habrá dos opciones en las urnas: “Elegir entre ser un país que va hacia adelante o hacia atrás, obsesionado con el pasado. Los demócratas elegimos el camino hacia el futuro, con optimismo”.
La ratificación de la ley para la reducción de la inflación y de la ley de fabricación de microchips, o la condonación de parte de la deuda que millones de universitarios contrajeron con el Gobierno federal para pagar sus estudios, asientan la buena racha que atraviesa.
La sala lo había esperado desde casi cuatro horas antes de su intervención, entretenida con una banda de música local y con discursos de políticos como el líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, que pidió el apoyo para Biden dejando claro que aunque “técnicamente” no está en la papeleta de noviembre necesita ese respaldo porque “está haciendo lo prometido”.
El presidente, según admitió a Efe Leslie, una de las personas presentes, estuvo en este acto “entre amigos”.
En las presidenciales de 2020 se impuso en Maryland al republicano Donald Trump con el 65.4% de los votos y la sala, llena, fue reflejo de ese apoyo. Un hombre que en pleno discurso le gritó que “robó las elecciones” hace dos años fue abucheado al unísono por el resto y reprochado por Biden, que cuando se calmó la situación aseguró, firme, que “la ignorancia no conoce fronteras”.
Entre el público había mucha gente local. Los hijos de Leslie, de 53 años, fueron al mismo instituto en el que se celebró y ella acudió para reforzar al partido en un momento en que sus últimas medidas y victorias legislativas le hacen mirar con mayor optimismo las elecciones de medio mandato.
Mejoría en las encuestas
Una encuesta de esta semana elaborada por Ipsos apuntó que la opinión sobre Biden está en su nivel más alto desde principios de junio, con una tasa de aprobación del 41%, cinco puntos más que los porcentajes anotados desde mayo.
“Es importante involucrarse en el proceso democrático”, señaló a Efe Sarah, que hace veinte años estudió en ese mismo centro y volvió esta vez acompañada de su hijo Kai, de siete meses, para mostrarle al pequeño “que tiene una voz y que importa”.
Su presencia no estaba exenta de crítica: “Queda mucho trabajo por hacer. Hay temas importantes en los que centrarse, desde el cambio climático a la defensa de la democracia”, recalcó esta joven madre.
Biden no ha afirmado abiertamente que vaya a perseguir un nuevo mandato en 2024, pero entre el público había poca oposición a esa posibilidad.
“Si lo decide, votaré por él. Es una voz razonable, se preocupa por la gente y ofrece a minorías y gente de bajos ingresos oportunidades que antes no tenían”, resumió a modo de ejemplo el demócrata de 73 años Bill Frey.