La confrontación de los extremos
La confrontación de los extremos
El mundo vive una división agravada por las circunstancias globales, cuyas incidencias afectan a todas las sociedades del mundo. La enfermedad global, las guerras y los extremismos repercuten en el pensamiento personal y colectivo. Esos radicalismos, generalmente, nunca se confrontan por medio del diálogo civilizado, son posiciones irreductibles de liderazgos obtusos, que implican la incapacidad de encontrar soluciones a las graves incidencias que alteran nuestras vidas.
Lamentablemente, la gran mayoría de la población pensante se encuentra en el centro del espectro político y económico. Esos son los que normalmente tienen que pagar los platos rotos de los desacuerdos de los extremos. Esos radicalismos, que tildan como ideológicos, normalmente son desencuentros de intereses. Lo extraño en muchos países, es que los extremos solo hacen declamaciones idílicas de posiciones y no presentan programas y proyectos que enfrenten con soluciones la angustiosa realidad de las mayorías.
Hoy, se discute en Estados Unidos la “bipolaridad” política, en donde dos partidos están encapsulados en sus posiciones más radicales y no encuentran, o no quieren encontrar, el campo intermedio para que prevalezcan los intereses de la mayoría de su población. Tan separadas están las posiciones que hay muchos pensadores que cuestionan la supervivencia de la democracia estadounidense.
Hay que analizar los motivos que llevaron a esta situación. Los liderazgos de ciertos grupos hegemónicos en los partidos tradicionales, los extremismos imperantes de sus élites poco ilustradas, el predomino del resentimiento y el odio, pero sobre todo la ausencia de una discusión realista de la problemática social, económica y política han contribuido a esta situación.
Lo que hace esta “bipolaridad” global es afectar la esencia misma de la gobernabilidad y provoca el abandono de la visión conjunta para enfrentar sus problemas, en base a sus intereses y no los intereses importados de otras tendencias internacionales.
OPINIÓN
Por Canciller Luis Gallegos Chiriboga
Ecuador News