NO VIOLENCIA
Por Rosalía Arteaga Serrano
Una de las grandes aspiraciones del ser humano es vivir en paz, no estar sujeto a la violencia, poder desarrollar sus actividades cuotidianamente, sin temores.
Las migraciones en buena parte, además de las ocasionadas por los fenómenos naturales que han movilizado a grandes masas humanas para buscar seguridad frente a los desbordamientos de los ríos, las sequías, las erupciones, los terremotos y en estos días frente a esos mismos descalabros motivados o aguzados por los cambios climáticos, vienen dadas por el temor a las guerras, los ataques, la violencia que unos seres humanos ejercen sobre otros.
Un ejemplo de lo afirmado es lo que ocurre con el vecino país de Colombia, cuyos episodios de violencia vienen de larga data y que han obligado a su población a buscar espacios más seguros. Así es como actualmente más de un millón de colombianos vive en nuestro país.
Los habitantes de buena parte de América Central buscan desplazarse a otros territorios por la violencia imperante en los propios, si a esto se suma la hambruna por la falta de alimentos y la erosión de sus tierras, el tema se vuelve catastrófico.
Si vemos lo que ocurre en los actuales momentos, con la guerra de Ucrania o la situación de Siria, millones de sus ciudadanos se han desplazado para huir de los horrores de la guerra. El sufrimiento de las familias es indescriptible frente a la muerte de sus miembros, por lo que recurren a la salida de sus hogares como una solución extrema frente a lo que ocurre.
Ecuador ha sufrido una escalada de violencia que debe detenerse con el concurso de las autoridades nacionales y locales, si no queremos caer en los extremos que viven otros países acosados por el miedo que no respeta las calles ni los hogares y que corre el riesgo de expandirse hasta un punto de no retorno.
OPINIÓN
Por Rosalía Arteaga Serrano
Ex Presidenta Constitucional de la República del Ecuador
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