Impulsos para superarse
Por Luis Lobato
El «Acta de la Universidad para todos» impulsada en el Capitolio de la mano del senador Bernie Sanders y de la congresista Pramica Java Pal, me recuerda mis anhelos de continuar mis estudios en la Universidad del Ecuador, luego de cuatro años de haberme graduado en el Colegio Municipal Nocturno de Comercio y administración «José Andrés Mateus» en Oct.05,1968, tiempo en el cual trabajé en labores contables en Plásticos Ecuatorianos S.A. de los Srs. Isaías Barquet; en Talleres Universal Cia. Ltd. de los Srs. Balda Cucalón; y, en MACISA (Materiales de Construcción Importadora S.A. del coronel retirado Agustín Albán Borja.
Al mes de mi graduación, el Econ. Guillermo Flores Flores, profesor del sexto curso de contabilidad, previo pedido mío, fue a donde vivía y me entregó una tarjeta dirigida a Juanita Elizabeth Sandoval Avilés, contadora de Plásticos Ecuatorianos, «Vaya mañana a primera hora, bien vestido»
Estaba haciendo columna para inscribirme en la Universidad y escuché que teníamos que rendir exámenes de Matemáticas Modernas, materia que no había en el Colegio antes de graduarme; razón por la cual le propuse a un compañero recién graduado como Físico Matemático, Víctor Acosta, quien no sabía contabilidad «Tú me enseñas matemática moderna y yo te enseño contabilidad». Aceptó e inmediatamente los fines de semana (sábados y domingos), en uno de los parterres de la Universidad nos pusimos a enseñar; se unieron varios estudiantes, la mayoría mujeres, pocos hombres, un total de 18 o 20 personas.
Pocos nombres y apellidos aún los recuerdo: Lupe Cornejo, Judy Icaza, Lupe Ochoa, una joven italiana, Forestiere, cuyos padres tenían un Restaurant donde nos invitaron a degustar, el Dr. Emilio Sarmiento, entre otros. A las dos o tres semanas, Lupe Cornejo, cuyo padre era un reconocido médico y tenía una hermana que había sido Reina de Belleza, nos trajo la llave de un aula en la Facultad de Economía para continuar los estudios. Todos sin excepción nos concentramos a estudiar; solo el Dr. Sarmiento con su experiencia social, nos contaba «cachos» que nos hacía orinar de la risa; así salíamos de la monotonía o estrés del trabajo y estudio. Fue una experiencia increíble para mí, a tal punto que me parece un sueño mágico. Logramos rendir los exámenes de ingreso a la Universidad; en ese entonces, sólo había Escuela de Administración, después se concretó la Facultad de Administración de Negocios.
Según el horario de clases Mercadotecnia era de 12 a 1pm.; debido a ello siempre llegaba atrasado. Razón por la cual, el profesor Econ. Cárdenas me llamó la atención delante de todos mis compañeros de clases «Sr. Lobato, usted porqué viene todos los días retrasado?» Profesor, discúlpeme, pero en mi trabajo no me dan permiso para estudiar; mi horario de trabajo es de 8 a 12 y de 2 a 6 pm., debo venir en bus y por eso llego retrasado. ¿Quién es su patrón? El coronel Agustín Albán Borja. ¡El profesor se cogió su cabeza con sus manos y balbuceó “Increíble!». ¡Vaya a sentarse Sr. Lobato!
Quizás a eso se debió que un dirigente universitario que llegó a ser rector me ofreció una Ayudantía de Cátedra que lamentablemente no pude aceptar, así como también otras ofertas que las detallaré en otra oportunidad. ¡Víctor Acosta si aceptó su Ayudantía de Catedra!
OPINIÓN
Luis Lobato
Especial para Ecuador News
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