Ecuador firma un acuerdo con Estados Unidos para interceptar narcoavionetas
Antes de culminar la campaña presidencial más sangrienta de la historia ecuatoriana, el presidente Guillermo Lasso hizo un importante anuncio. La idea es luchar contra el crimen desde diferentes ángulos.
El presidente ecuatoriano Guillermo Lasso anunció al país que ha decidido ratificar el Acuerdo de Cooperación con Estados Unidos para la interceptación aérea de narco-avionetas. Eso fue pocas horas antes del cierre de la campaña presidencial más sangrienta y convulsa de la historia del Ecuador. Un proceso electoral marcado por el asesinato del candidato Fernando Villavicencio y por el acoso constante del narcotráfico y del crimen organizado contra la democracia .
Un equipo del estadounidense FBI ya se encuentra en Quito para participar en las investigaciones alrededor del magnicidio, junto a la policía local y a la colombiana.
«Necesitamos de este apoyo para fortalecer la seguridad nacional. Tenemos que estar más preparados y ser más fuertes. El crimen organizado no nos va a detener», subrayó Lasso, que de esta forma pretende que militares y policías cuenten con ayuda de EEUU en la lucha contra el crimen trasnacional, gracias a la «asistencia financiera, a equipos para su capacidad operativa, mantenimiento, capacitación, así como soporte logístico, de comando, control y comunicaciones».
El objetivo que busca el gobierno es que su Fuerza Aérea cuente no sólo con mejores equipos, también con mejor información para rastrear a las aeronaves de las organizaciones criminales. El narcotráfico ha convertido a Ecuador en el epicentro de sus envíos de cocaína a EEUU y Europa, al encontrarse entre los grandes productores (Perú, Colombia y Bolivia) y ante el pressing al que se ven sometidos en esos países.
«Con este acuerdo, EEUU y Ecuador seguirán luchando juntos contra la delincuencia organizada transnacional», confirmó la embajada estadounidense en Quito, que además apostó por «incrementar la capacidad» de la Policía Nacional, el Comando de Guardacostas y el sector judicial.
Ecuador quiere contar así con la Inteligencia de EEUU y con sus asesores para que su Fuerza Aérea localice, identifique, rastree y intercepte aeronaves civiles sospechosas de tráfico de drogas. El reto es dificultar al máximo la nueva ruta del narco y facilitar la captura de los traficantes.
Los grandes carteles mexicanos, como Sinaloa y Nueva Generación Jalisco, han establecido acuerdos con las poderosas bandas locales para facilitar las operaciones. Expertos consideran que el cierre de la base naval estadounidense de Manta, decretada por el gobierno de Rafael Correa en 2009, debilitó la lucha contra el narco, que se ha multiplicado a raíz de la pandemia.
«Este acuerdo difiere del anterior de la Base de Manta, porque en ese caso los equipos y operadores eran militares estadounidenses. Y ahora se trata de asesores, financiamiento, capacitación y equipos. Es una cooperación para que los funcionarios ecuatorianos sean los que implementen las acciones. Tengo la impresión que ningún gobierno, incluido este, se atrevería nuevamente a aceptar una base en el país. Como es lógico, se requiere buenos mecanismos de seguridad, pero también es importante que no sean corruptos o corruptibles», precisa para el diario EL MUNDO de España, Michel Levi, coordinador del Centro Andino de Estudios Internacionales. En su lucha contra la inseguridad, el gobierno de Lasso también anunció la semana pasada la compra de casi 11.000 fusiles, subfusiles y pistolas a empresas de Israel, Suiza y Austria.
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