Con 103 años busca asilo en EE.UU.
La conmovedora historia de la inmigrante Andrea Avelina Andrade
La mujer, Andrea Avelina Andrade, es oriunda de El Salvador y quiere reencontrarse con su hijo y sus nietos, que ya residen en territorio norteamericano como refugiados.
En medio del fuerte fenómeno migratorio y flujo que hay actualmente en la frontera sur de Estados Unidos, una mujer salvadoreña de 103 años llegó al límite entre Piedras Negras, en Coahuila, México, y Eagle Pass, Texas, en busca de asilo político. Su objetivo es poder reunirse con su hijo y dos nietos, que se fueron de El Salvador para refugiarse.
Andrea Avelina Andrade compartió los detalles de su viaje en una entrevista con CNN. Según dijo, sus familiares obtuvieron una cita y les concedieron el asilo en EE.UU., por un motivo que no reveló. Ella sabe que a su avanzada edad no puede trabajar, por lo cual su deseo más grande es estar con sus nietos.
Andrade se encuentra resguardada en Casa Betania, a donde llegó a principios de mes. El albergue se encuentra en Piedras Negras, una ciudad fronteriza ubicada en Coahuila, México, ubicada frente a Eagle Pass, Texas. Ahí se ofrece albergue a inmigrantes que buscan vivir el llamado “sueño americano”. Por ahora, espera que su hijo la pida formalmente, según los lineamientos de inmigración de EE.UU.
Aunque la mujer no sabe con certeza cuánto tiempo durará su espera, prefiere ser paciente porque le resultaría muy difícil volver a su país natal: “Si lo pueden hacer, bendito sea Dios, si no pueden, bendito sea Dios”. No se reveló en qué estado viven sus hijos, pero Andrade especificó que tuvo cuatro, de los cuales dos murieron. Actualmente es viuda y confía en que su proceso tendrá solución.
Un reporte de 2022 de BBC señala que el lugar en Estados Unidos que más salvadoreños recibe es Washington D.C. “Representan, de hecho, más del 32% de la población latina allí, una cifra que no tiene comparación en ningún otro lugar de EE.UU”.
Recientemente comenzó a funcionar un programa de reunificación familiar en EE.UU., conocido como parole y específicamente dirigido a colombianos, salvadoreños, hondureños y guatemaltecos. Las autoridades estadounidenses lo implementaron con el objetivo de reducir la cantidad de personas que cruzan ilegalmente y de unir a las familias separadas por años.
Estos procesos anunciados por el Departamento de Seguridad Nacional el pasado 7 de julio están destinados a los ciudadanos de esas cuatro naciones cuyos familiares son ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes y que recibieron la aprobación para reunirse con su familia en EE.UU.
Los ciudadanos de esos países pueden ser considerados para el permiso humanitario en función de un análisis de cada caso particular y por un período de hasta tres años, mientras esperan para solicitar su pedido de residentes permanentes legales. Los trámites se inician con una invitación por parte del Departamento de Estado al ciudadano estadounidense o integrante de la familia que es residente legal y que plante la solicitud, cuyo Formulario I-130 en representación de un beneficiario de nacionalidad colombiana, salvadoreña, guatemalteca u hondureña ha sido aprobado.
Las autoridades señalan que el permiso humanitario se otorga de forma discrecional, tras haber demostrado que hay razones humanitarias urgentes o un beneficio público significativo. Quienes ingresan a EE.UU. con estos lineamientos también son elegibles para solicitar la autorización de empleo mientras esperan que su visa esté disponible.
Viuda y madre de cuatro hijos, ahora espera una respuesta por parte del país de destino.
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