ECUADOR VIVE UNA SEGUNDA PANDEMIA, SON ELLOS O NOSOTROS
Por Mariano Jara
La inseguridad constituye uno de los grandes problemas en Ecuador; la que vive la población afectada por el aumento de los delitos y el auge del narcotráfico. Por desgracia, las estructuras de seguridad, inteligencia y justicia se encuentran sobrepasadas, corrompidas, podridas y es necesario encarar profundas reformas, si queremos enfrentar y solucionar el problema.
Para desarticular las facciones criminales es preciso atacar su principal fuente de recursos, las drogas, que también ingresan por nuestras fronteras y alimentan a las pandillas que diariamente comprometen la paz y tranquilidad de las familias ecuatorianas.
Nuestro país vive en permanente estado de excepción, policías y militares en vigilia para controlar la violencia y criminalidad de las mafias del narcotráfico organizado, un despliegue sin precedentes de recursos, discursos destemplados y sin contenido lógico. En otras palabras, hay democracia, pero su calidad es precaria.
18 millones de ecuatorianos vivimos un nuevo confinamiento, esta vez en medio de metrallas, bayonetas, coches bombas, vacunas, dinamita, terror, miedo, sangre y dolor. El Presidente Daniel Noboa, de manera imprevista pero sin pensarlo dos veces, firmó el decreto ejecutivo 111, con el que declara “Conflicto Armado Interno”, califica como terroristas a 22 grupos de delincuencia organizada y dispone la intervención de las fuerzas armadas para neutralizarlos.
El crimen organizado busca el control territorial, por mucho tiempo será una guerra sin cuartel, porque ya no hay posibilidad de convivir con el narco. No hay regreso; son ellos o nosotros. Ecuador no es un Estado fracasado, aunque algunas de sus instituciones si lo son; el fracaso se concentra en las estructuras de seguridad, inteligencia, policiales y de justicia.
El gobierno de Noboa, aún no desarrolla un plan holístico, es más, NO tiene un plan y estrategias para resolver los complejos e imbricados problemas que contribuyen a que persistan el crimen y la violencia. La actual “estrategia”del gobierno frente a la inseguridad son sólo factores reactivos en lugar de pro/activos, centrados casi por completo en el despliegue de fuerzas de seguridad en puntos calientes, en lugar de implementar programas orientados a reducir y prevenir la violencia y el crimen
¿ En Ecuador hay terrorismo o conflicto armado?. Es más, pareciera haberse creado una suerte de jerarquía entre ambos términos, de forma tal que, ante la pregunta ¿cuál de estos dos conceptos retrata mejor las atrocidades cometidas ?, sin lugar a dudas es el TERRORISMO.
Con extravagante frecuencia asistimos al envilecimiento , por no decir prostitución, de la JUSTICIA. Ni que decir de la constante manipulación que se hace del termino derechos humanos, ya que cualquier situación irregular inmediatamente es calificada como violación a los DD.HH, sin saber a ciencia cierta qué o cuáles son los derechos que la ciencia jurídica a llamado humanos. En este sentido, los derechos humanos son todo y a la vez nada.
En el orden público Ecuador no puede estar en una situación de mayor confusión, cuando se oye decir, que en el país no se puede hablar de la existencia de “conflicto armado interno”, puesto que ello sería tanto como reconocer cierto estado de beligerancia a las mafias, cuando en realidad se trata de organizaciones narco terroristas (ONT).
El reconocer la existencia de “conflicto armado interno” no da ningún tipo de reconocimiento a los grupos armados ilegales, mucho menos como beligerantes, así como el hecho de padecer una situación de “conflicto armado” , no es excluyente ni contradictoria con el fenómeno del terrorismo, esto es, bien pueden existir actos de terrorismo en medio de un conflicto armado y de hecho, lo hay actualmente a diario.
Un “conflicto armado” finaliza cuando se produce una reducción significativa y sostenida de las hostilidades armadas, por victoria militar, acuerdo entre los actores enfrentados, desmovilización, o bien, una de las partes contendientes renuncia o se limita notablemente.
Es imprescindible conocer los costos por daños a la infraestructura física, el gasto militar, las transferencias ilegales por cuenta del secuestro y la extorsión, los costos sociales, la contracción de la actividad económica y la pérdida de productividad e inadecuada asignación de recursos.
¿Porqué el hermetismo del gobierno sobre las actividades que desarrollan sobre el “conflicto armado interno”?, las nuevas cárceles, el destino de los “terroristas” detenidos, el pacto con los correistas y social cristianos, la creación de nuevos impuestos, qué tiempo estará en vigencia el decreto 111, que pasará con Yasuní, cuales son los resultados reales del estado de “guerra que vivimos en el país ?, esta falta de sinceridad y comunicación nos está llevando a una desinformación dañina, que podría arrojar resultados funestos a la hora de la verdad.
El gobierno, con todos estos problemas ¿pretende subir el IVA que lo pagamos todos ?. debe haber mesura, condolencia, reciprocidad social y humana para no seguir golpeando a los mas débiles. ¿Porqué no pensar en los subsidios a los combustibles?, ¿recuperar impuestos no pagados o evadidos?, ¿reducir sueldos a miles de burócratas?, ¿eliminar sueldos vitalicios?, ¿terminar con los pipones de las instituciones estatales?, ¿crear impuesto a las telefónicas?.
El pueblo ecuatoriano ya no tiene hilo para el aguja, por desgracia, los políticos iluminan la “verdad”, aunque todos conocemos su obscuro contenido; terminemos con los narco políticos, narco jueces, fiscales, abogados. Ecuador sigue en la ruta de una “guerra interna”, sin un plan, ni estrategia, pero con voluntad, aunque si no hay recursos, poco se podrá hacer. Sino luchamos hoy por nuestros derechos, por nuestra vida, nos tocará apreciar de lejos lo que alguna vez tuvimos cerca. Vamos con todo contra los terroristas, unidos y sin miedo.
OPINIÓN
Mariano Jara
Especial para Ecuador News
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