Los abrazos son sanadores
Bajan la presión y fortalecen las defensas, asegura experta
Hasta ahora, el tema no había sido tratado con la debida seriedad.
Los abrazos, especialmente si son prolongados y diarios, disminuyen la presión arterial, fortalecen las defensas inmunes y ayudan al funcionamiento del cerebro, reduciendo la ansiedad y fortaleciendo la autoestima, informa la agencia noticiosa italiana ANSA.
Se refiere al tema, debido al Día Mundial del Abrazo, que se celebró el domingo pasado, Emi Bondi, presidenta de la Sociedad Italiana de Psiquiatría y directora del departamento de salud mental del hospital Papa Giovanni XXIII de Bérgamo.
En la entrevista concedida a «Caffé & Psichiatria», el canal temático de YouTube de «Psiquiatría en línea Italia», creado en colaboración con la Sociedad Italiana de Psiquiatría (SIP), Bondi subrayó el significado y la importancia de un acto tan simple y significativo para nuestro bienestar.
«El abrazo implica dos cosas: la primera es el contacto físico, la otra es la de acoger al otro – explica -. Abrazar significa tener la seguridad de que alguien cuida de ti. Se abraza para consolar y para calmarse, para expresar la alegría de verse y cuando te despides de una persona, el abrazo significa, como el de tu madre también significa, ir y caminar por el mundo, sabiendo que está ahí, esto es tranquilizador, no se debe descuidar lo físico. En las relaciones, un abrazo es tan bueno como las palabras. Es parte del lenguaje corporal y es tan importante como el lenguaje verbal».
Para recordarlo cada año, el 21 de enero se celebra el Día Mundial del Abrazo, nacido en Estados Unidos en 1986 gracias a una iniciativa del reverendo Kevin Zaborny, con el objetivo primordial de aliviar la tristeza percibida en el mes de enero y subrayar así la importancia del intercambio.
Existen varios estudios que avalan su poder tranquilizador y beneficioso. Un grupo de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, invitando a una muestra de 400 adultos a abrazarse diariamente durante dos semanas y exponiéndolos a un virus respiratorio, descubrió, por ejemplo, que cuanto más abrazos recibían, menor era el riesgo de infección. Pero ¿cómo podemos garantizarnos la dosis justa de abrazos cada día?
Los investigadores no tienen dudas, basta con practicar deportes de contacto, darse un masaje, acariciar a una mascota o simplemente abrazarnos con más frecuencia.
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