AL QUE MADRUGA DIOS LE AYUDA O LE MUERDE EL PERRO
Por Holguer Mariano Jara
La fuerza de los que gobiernan no es, realmente, más que la fuerza de los que se dejan gobernar, (Thomas Raynal). El pueblo no debe limitarse a mirar, es preciso que actúe , reflexione y decida por sí mismo.
Aun cuando falta muchos meses para las elecciones, ya se conoce nombres de varios pre/candidatos a la Presidencia de la República, pero ninguno de ellos tiene la cara limpia, los conocimientos sólidos para dirigir el país, la solvencia intelectual para pedir el voto, la honestidad necesaria para enfrentarse al pueblo, pero le sobra acciones de corrupción que son su única carta de presentación.
Muchos candidatos a la presidencia de la República llenan el bosque, pero solo se destacan en el desierto, por no contar con programas definitivos que mejoren la vida de tantos compatriotas sumidos en pobreza y otros constreñidos en la miseria. No presentan fórmulas para ampliar la productividad que sirva de sustento en la creación de medios tendientes a cubrir la deuda social y estimular empleo de calidad.
La función del Estado ecuatoriano, no es ser empresario, porque cuando pierde, paga el pueblo más pobre y los ricos, se hacen más ricos. El Presidente de un país, no hereda problemas; se supone que los conoce y muy bien, en sus discursos lo repiten reiteradamente y se comprometen a solucionar. Por eso se hace elegir, para gobernar con el propósito de corregir esos problemas, culpar a los predecesores es una salida muy fácil y mediocre.
Es muy común escuchar al unísono las copias de campañas que desde hace cincuenta años se repiten, pues nada extraordinario ha sucedido hasta hoy. Clamar a los cuatro vientos que van a terminar con la corrupción, no parece ser tan cierto por cuanto ellos mismo, son los corruptos y nos quedaríamos sin candidatos y gobernantes.
No presentan con documentos un proyecto de reforma sustancial que establezca integración, oportunidades y el poder campear las transformaciones en vez de listar la contratación pública con destino a enriquecer a quienes los han financiado la campaña electoral, que realmente es fuente de corrupción y le cuesta a la nación millones de dólares anuales, dinero que, al hurtarse, afecta directamente a la población, ahondando la desigualdad y la proximidad al estallido violento.
Toda aspiración es legítima, pero la ambición es prioridad de pocas personas que tienen como norte, hacerse ricos con el sacrificio del pueblo. (Desenmascarar a los enemigos de ayer, nos puede ayudar a desenmascarar a los enemigos de hoy, a reconocerlos como condición previa para combatirlas). (Andrés Devesa).
No por tanto madrugar amanece más temprano. La libertad del pueblo para elegir no debe tener miedo y con mayor razón, cuando los “estadistas de cafetería” cada segundo están fraguando acuerdos entre copa y copa con las mafias del narco tráfico.
La situación fiscal es un ingrediente que alimenta el desequilibrio estructural y sin medios monetarios no hay desarrollo viable, pero no con recursos nacidos de emisión sin respaldo, tal como lo “proponen” todos los candidatos, sino del brote productivo que genere riqueza y esparza su diversificación con miras a establecer mercados afuera, pues, no todo se puede resolver con reformas tributarias y menos con extinción de propiedad legítima.
Téngase claro, que el dólar es moneda americana, cada vez se envilece más y se importa en mayor cantidad que lo que se exporta, siendo esto una de las razones que pesan negativamente en la balanza de pagos y en el ingreso de divisas al país, por eso es imperioso tomar decisiones saludables. Exportar o morir, sin exportar no hay futuro.
Agréguese el botón de pánico que tenemos oprimido por la inseguridad, desempleo, falta de circulante, escasa productividad, alto índice de criminalidad, extorsiones y en vísperas constantes de situaciones complejas por efectos de la desaceleración e inflación, lo cual obliga a prepararnos para enfrentar potenciales turbulencias económicas.
Por lo dicho, resulta conveniente a los aspirantes a gobernar el país, para que sean pro/positivos frente a las necesidades y los grandes temas del país, independientemente del partido o movimiento al que representen y pongan sobre la mesa su hoja de ruta o trabajo. Así …los ecuatorianos tendríamos argumentos suficientes que nos permitan elegir a sus líderes basados en sus cualidades profesionales, en sus planes de desarrollo, en su objetividad y obviamente en su sinceridad, honradez y transparencia.
Bien se podría aplicar el adagio, “a quien madruga Dios le ayuda”, pero siempre teniendo en cuenta, que “no por mucho madrugar amanece más temprano”. Y como el mundo y la sociedad cambian aceleradamente, no hay que olvidar el refrán “no atajar para que el otro enlace”.
Finalmente, queda la interrogante, ¿por qué tanta ambición para llegar al gobierno? ¿Por qué en las listas están siempre los mismos? hay tantos movimientos polémicos, no políticos, ¿que al final coinciden en la misma “doctrina “llamada CORRUPCIÓN?
Sería inteligente, que en Ecuador se gobierne en sentido de UNIDAD NACIONAL no de beneficio personal y de amigos. Con el objeto de pagar la solidaridad social hay que garantizar su estabilidad, no socavando, pero si construyendo soportes firmes que le den validez y no aumente la zozobra.
OPINIÓN
Holguer Mariano Jara
Especial para Ecuador News
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