El Presidente Noboa pisó la cascarita
Por Rodolfo Bueno
Le recordaban al Presidente Noboa sus denuncias de que en diferentes gobiernos él y su familia habían experimentado persecuciones políticas y que por eso sentía la obligación de romper con el ciclo de revanchas, que llegó la hora de terminar las persecuciones políticas, de buscar culpables en el pasado, de ser hombres libres que busquen con empatía mejorar la vida de los ecuatorianos. Muchos tomaron en serio sus palabras y le aconsejaron no pisar la cascarita que sus enemigos íntimos le ponían para que resbale y malogre las relaciones con un país amigo, como México. No se cumplieron estas expectativas y la cascarita se pisó con piernas y manos.
Se recuerda el caso: Jorge Glas, vicepresidente de Ecuador entre 2013 y 2018, en los gobiernos de Rafael Correa (2007-2017) y Lenín Moreno (2017-2021), fue sentenciado a ocho años de prisión por cohecho y a seis, por asociación ilícita en los sobornos de Odebrecht, de los que pasó 5.3 años en la cárcel, acudió a la Embajada de México luego de que Diana Salazar, Fiscal General de Ecuador, emitió una orden al comandante general de la Policía, en la que solicitó localizarlo para cumplir varias investigaciones. Diana Salazar indicó que esta solicitud se hizo en el marco del caso ‘Reconstrucción’, relacionado con el presunto delito de peculado en la construcción de una vía, luego del devastador terremoto de 2016 ocurrido en Manabí.
La Asamblea Nacional de Ecuador negó la moción que autorizaba el juicio penal a Glas en el caso Reconstrucción. La Fiscalía aseveró que esta decisión sentó el terrible precedente de impunidad, con el cual el pueblo de Manabí queda en la indefensión, por lo que en la solicitud insistirá la fecha y la hora para realización de la audiencia de formulación de cargos en el caso Reconstrucción de Manabí.
Jorge Glas, que desde el pasado 17 de diciembre se encontraba en la Embajada de México, solicitó asilo porque se considera perseguido político y cree que su vida corre peligro en las cárceles ecuatorianas. Así como Glas, gran parte del país no cree en la justicia de Ecuador y afirma que es un ejemplo de cómo el Poder Judicial se usa para la persecución política y para exterminar a los seres humanos, que el Estado ecuatoriano no ha hecho caso a los pronunciamientos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y al Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de la ONU.
El caso de Glas es emblemático, porque era un vicepresidente en funciones que en un tiempo récord fue destituido, procesado y sentenciado, porque el proceso en su contra arrancó con una serie de actos que los procesos siguientes perfeccionaron, como el uso de testigos protegidos, de supuestos informes de inteligencia filtrados a los medios de comunicación, de dispositivos de memoria cuyo origen nadie conocía o de computadoras que desaparecían.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador informó haber entregado al gobierno mexicano la documentación pertinente sobre la situación judicial de Jorge Glas, proporcionada por la Corte Nacional de Justicia y la Fiscalía General, y advirtió que actuará con absoluta firmeza ante un eventual otorgamiento de asilo político por parte de México. “No es lícito conceder asilo a personas que al tiempo de solicitarlo se encuentren inculpadas o procesadas ante tribunales ordinarios competentes y por delitos comunes, o estén condenadas por tales delitos y por dichos tribunales, sin haber cumplido las penas respectivas”. O sea, si México se negara a facilitar la comparecencia de Glas ante la justicia de Ecuador, se iniciaría el procedimiento para romper las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Mediante oficio de fecha del 29 de febrero de 2024, la Cancillería de Ecuador solicitó al jefe de la misión diplomática mexicana el consentimiento para que las fuerzas del orden de Ecuador ingresen a los locales de la embajada y cumplan con la captura de Jorge Glas; lo hizo pese a que México es un país que tradicionalmente protege a los perseguidos bajo peligro.
Como no podía ser de otra forma, el Gobierno de México no permitió que las fuerzas del orden de Ecuador ingresen a su embajada para detener a Jorge Glas. Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores mexicana, reveló: “No se puede, porque eso violaría la inmunidad diplomática de nuestra embajada. Nuestras embajadas son sitios que tienen una inmunidad diplomática muy importante. Así es que no, que van a entrar en la Embajada nunca, sería un precedente”, concluyó.
Por su parte, Gabriela Sommerfeld, Canciller de Ecuador, afirmó que el Gobierno del Presidente Noboa no facilitará un salvoconducto a Jorge Glas, en el caso de que México le otorgue asilo político y que actuará con absoluta firmeza si opta por responder favorablemente ante la solicitud del exvicepresidente y recalcó que la demanda de Glas tendría que ser analizada detenidamente y de conformidad con lo establecido en la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954.
Luego, la Cancillería ecuatoriana declaró ‘persona non grata’ a Raquel Serur Smeke, embajadora de México, por las declaraciones del Presidente López Obrador sobre las elecciones de Ecuador, en las que asesinaron al candidato Fernando Villavicencio.
Un día después de que el Gobierno del Presidente Noboa la declarara persona non grata y le diera un plazo de 72 horas para abandonar el país, el Presidente López Obrador, concedió asilo diplomático a Jorge Glas. “El Gobierno de Ecuador quería que nosotros lo entregáramos y no podemos hacer eso porque México tiene una política exterior caracterizada por protección a perseguidos y por el asilo”. Exigió al Gobierno de Ecuador que respete la soberanía de México, no lesione el Derecho de Asilo, cumpla con sus obligaciones internacionales, garantice la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y cese la política de hostigamiento y amedrentamiento.
Y cuando todo pudo resolverse mediante el diálogo y los buenos oficios, el Presidente Noboa pisó la cascarita y empleó malas mañas sacadas del mismo averno. “Ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político. Jorge Glas ha sido condenado con sentencia ejecutoriada y contaba con disposición de captura emitida por las autoridades competentes”, sostuvo su gobierno.
La noche del viernes 5 de abril, la Policía Nacional de Ecuador irrumpió en la Embajada de México y detuvo a Jorge Glas, a quien el Presidente López Obrador había otorgado asilo diplomático. Durante el asalto resultaron heridos varios diplomáticos mexicanos y Roberto Canseco, embajador interino y jefe de Cancillería y Asuntos Políticos de la Embajada mexicana en Quito, fue maltratado por agentes ecuatorianos. “Me he golpeado contra el suelo. Y físicamente traté de impedir que entraran y allanaran la Embajada de México en Ecuador, esto no es posible. Estábamos por salir y de repente nos encontramos con policías, con ladrones que entraron en la noche en la Embajada. A riesgo de mi vida defendí el honor y soberanía de mi país”.
Según el artículo 29 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas: “La persona del agente diplomático es inviolable. No puede ser objeto de ninguna forma de detención o arresto. El Estado receptor le tratará con el debido respeto y adoptará todas las medidas adecuadas para impedir cualquier atentado contra su persona, su libertad o su dignidad”. Sin comentarios.
Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores de México, explicó: “Nunca pensamos que Ecuador iba a violar el derecho internacional y el Acuerdo de Viena. La verdad, que ni en tiempos de guerra ha sucedido una cosa de este tipo. Ni en los peores momentos que ha vivido América Latina y el Caribe, ni el mundo entero, se ha dado una situación de esta naturaleza”. Dijo que su país acudirá a la ONU, la OEA, al Tribunal Internacional de Justicia y otras instancias regionales e internacionales.
Sobre lo acontecido, el Presidente López Obrador escribió: “Se trata de una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México, por lo cual le he instruido a nuestra canciller que emita un comunicado sobre este hecho autoritario, proceda de manera legal y de inmediato declare la suspensión de relaciones diplomáticas con el Gobierno de Ecuador”. Alicia Bárcena anunció: “En consultas con el pdte. López Obrador, ante la flagrante violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y las lesiones sufridas por el personal diplomático mexicano en Ecuador, México anuncia el inmediato rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador. (… ) Otorgando asilo a Jorge Glas estamos actuando en congruencia plena con las convenciones internacionales. Confío en que el gobierno de Ecuador disponga del salvoconducto cuanto antes».
Para salir del berenjenal en que se encuentra Ecuador, su gobierno debe otorgar salvoconducto a Jorge Glas, pedir perdón a México por la violación de su Embajada en Quito y jurar que en adelante va a respetar el principio de la inviolabilidad de las misiones diplomáticas; algo que no va a pasar. Según profetiza Marianita de Jesús, Ecuador está condenado a desaparecer por culpa de sus malos gobiernos.
OPINIÓN
Rodolfo Bueno
Corresponsal de Ecuador News en Quito
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