NI COMUNISMO NI CONSUMISMO…LIBERTAD
Por: Holguer Mariano Jara
Hace 63 años, el muro de la Guerra Fría comenzó a construirse para que los alemanes del este no se escaparan hacia el oeste. Una batalla de décadas para huir lo hizo desaparecer.
Por casi 30 años, Berlín estuvo dividida no solo por ideología, sino por una barrera de hormigón de 45 kilometros de ancho, protegido por alambre de puas, perros de ataque y 55.000 minas, que serpenteaban por la ciudad y funcionó como símbolo desagradable de la Guerra Fría.
Aunque el muro se erigió entre 1.961 y 1.989, no podía sobrevivir a un movimiento democrático masivo, que terminó con la República Democrática de Alemania (RDA) e incitó el fin de la Guerra Fría. El 9 de noviembre de 1.989, el gobierno soviético permite que la población destruya el Muro de Berlín, lo que lleva a la reunificación de Alemania.
En la actualidad, una doble hilera de adoquines marca el lugar donde una vez estuvo el muro y quedó para la historia. El 9 de noviembre de 1.989, cuando se derrumbó de forma pacífica, el este europeo se reinventó, mientras el occidente descubrió que no todo era un gulag al otro lado del Telón de Acero.
En la actualidad, las ruinas del muro forman una cicatriz simbólica; es la herida que dejaron en la historia los principales totalitarismos del siglo XX. A pesar del paso de los años, es indispensable encausar la suficiente dinámica para lograr un mundo más libre, menos pobre, más seguro y más humano.
35 años después de la caída del muro que cambió la historia, pero no la vida, los problemas no se han solucionado. Grandes sectores de la humanidad viven en la escasez y la miseria, la tierra sigue su marcha inexorable de contaminación y destrozada por los defensores del paradigma tecnocrático que defienden el mito del progreso sin límites, a costa del descarte de muchos y de la destrucción del medio ambiente y construyendo “el cambio climático”.
Al comunismo le sucedió el consumismo, una forma insidiosa de materialismo como el materialismo dialéctico marxista. “Consumo, luego existo”. Así podemos decir que el consumismo es un atentado ideológico a necesidad legítima. quienes no consumen no existen y al parecer son descartados de la “sociedad del bienestar”.
En la vidad hay mucha gente, los movimientos populares y sociales, las víctimas de un sistema que mata, quienes creen que otro mundo es posible y necesario, que el sistema actual ya no se aguanta, que necesitamos un cambio de estructuras, que obligatoriamente debemos cuidar nuestra casa común, (el planeta tierra), que ni el comunismo ni el consumismo son la solución y debemos luchar por una sostenida libertad. La libertad y el tiempo irán de la mano, pero divorciados en la lógica del consumismo y comunismo.
El consumismo es peor que el comunismo, el comunismo/socialismo produce escasez innecesaria, como en Venezuela, Cuba, Nicaragua. La gente lastimosamente ya no tiene vida ni para comunicarse entre si mismos. Según cálculos de expertos, afirman que de 7 días de la semana, venezolanos y cubanos desperdician 5 días buscando comida y 2 se la pasan “ comiendo”, si encontraron algo.
La próxima vez que escuches a alguien decir que el consumismo es “inevitable”, recuerda que en el Libre Mercado eres libre de evitar todo lo que te plazca. Mientras en el socialismo, te tienes que conformar a vivir obsesionado por el consumo, porque lo único que hay es escasez.
El comunismo, nos obliga a sumergirnos en una mentalidad colectiva, o de rebaño, para seguir ordenes como borregos en manada; si así fuera, de jaríamos de ser humanos con criterio y raciocinio propio.
Como dice el papa Francisco, los conflictos se han de resolver desde una síntesis superior, pues “la unidad prevalece sobre el conflicto”. Ni comunismo ni consumismo: comunión. Y el fruto de la comunión es la paz. ¿ Es dificil ?, ¿imposible? O simplemente ¿no queremos ?. o esperamos ¿el sol del futuro, el socialismo mercantil, donde todo vale y nada sirve ?.