PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO
Por: ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
En estas épocas del año, cuando iniciamos uno nuevo, y en este caso el último del primer cuarto del siglo XXI es frecuente que nos hagamos ciertas promesas y planifiquemos ciertos propósitos a cumplir en este período de tiempo que, generalmente, lo miramos con ilusión, con ganas de cambiar, de mejorar.
Lo que ocurre a nivel individual, sin lugar a duda se replica en lo colectivo, en lo que como familia, pueblo o país queremos, e inclusive en lo que aspiramos como humanidad.
En este último aspecto, debemos relievar los deseos de un mundo de paz, con menos asimetrías, en el que el cambio climático no sea la gran espada de Damocles que pende sobre toda la humanidad.
Pero también en lo que atañe a nuestro país, debemos expresar los sentimientos de a lo que aspiramos como conjunto humano que vive en este territorio, uno bendecido por la naturaleza con una gran diversidad, que tiene la posibilidad de convertirse en un país viable, con posibilidades reales de progreso para sus habitantes, con esperanzas para las futuras generaciones, con mejoras en todos los indicadores y con un aporte sustancial al mundo.
Por ello, en estos primeros días del 2025, nos arriesgamos a expresar nuestros deseos porque como sociedad alcancemos la madurez, pensemos en lo que podemos hacer por los otros, en las obligaciones, no solo legales, sino sobre todo morales que tenemos para con nuestro hermoso país y para nuestros coterráneos.
Queremos tener un país en el que podamos desplazarnos sin preocupaciones de ser asaltados o perjudicados, un país en donde dejemos de lado los dolores de la desnutrición infantil, del analfabetismo funcional, de la educación de mala calidad, de subempleo o de falta de oportunidades. Un país en el que respetemos a los otros y la norma no sea la agresión, el insulto. Un país en el que confiemos en los líderes, en el que no sintamos que se nos roban el futuro cada día.
Ojalá un día los sueños de todos se conviertan en una realidad.