CONTROLAR LAS FRONTERAS
Por: ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
La situación del país es cada día más complicada en temas de seguridad. La violencia no da tregua y las noticias nos traen un cúmulo de crímenes que sacuden a la ciudadanía en los diversos sectores en donde se cometen atentados, demostrando que cada vez más somos víctimas de una escalada criminal que demuestra como las mafias y los delincuentes están atacando al país.
Frente a la realidad por la que atravesamos, se requieren medidas urgentes que pongan un freno a estas situaciones que de tan repetitivas se están volviendo cuotidianas y la gente tiende a normalizarlas, como que fuera perfectamente natural que vivamos en una incertidumbre signada por el crimen y la violencia de todo tipo.
Buena parte de los crímenes que se cometen, tienen que ver con el tráfico de drogas y con las ilegalidades que el lavado de activos produce a través de varios mecanismos y en diversas partes del territorio nacional.
Sabemos, por otro lado, que las drogas, en su mayor parte se producen y son procesadas fuera del Ecuador, por lo que es evidente que las fronteras, que son lo que se ha dado en llamar, la piel de un país, son permanentemente vulneradas por este tráfico perverso que ha encontrado en el país el mejor espacio para la circulación de los estupefacientes que luego son enviados a los mercados de los Estados Unidos y los países europeos.
Por ello reviste una especial importancia el control de las fronteras, y pensamos que la mejor forma de disminuir el impacto de la violencia es mantener unas fronteras totalmente resguardadas para impedir el ingreso de la droga desde los países vecinos. El control debe ser por vía terrestre, aérea y marítimas, tratando de blindar al país de esta mercancía que tanto se ha extendido en su consumo y por supuesto en el mercadeo de este.
Para ello se requiere el concurso de la fuerza pública, que ya ha tenido que enfrentar esta escalada de violencia, cuando en la zona de frontera, los propios miembros de una patrulla de las fuerzas armadas fueron atacados, con fatales consecuencias para sus integrantes.
Esperemos que en el gobierno que se inicia se entienda y ponga en práctica el cuidado de las fronteras como una de las prioridades de la administración pública, y una estrategia para disminuir la violencia y criminalidad dentro del país.