¿USAR LAS ARMAS?
Por: ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
Desde hace larga data he mantenido una creciente inquietud referente a las armas capturadas a los delincuentes, cuando se hacen las detenciones o los decomisos tanto en los operativos policiales como en los militares.
Desde luego hay también el precedente de las guerras entre países, cuando se capturan armamentos a las fuerzas enemigas, generalmente esos equipamientos militares pueden tener diferentes usos y a veces los hemos visto exhibidos en los museos militares.
Dada la actual situación que vive el país, y la cantidad de armas capturadas, creo que hay que cambiar la normativa de destruir esas armas, muchas de las cuales parecen inclusive mejores que las con que cuentan las fuerzas del orden ecuatorianas, lo que ha hecho que inclusive se solicite al sector privado el apoyo económico para proveer de los insumos necesarios a la policía y al ejército del país.
En este sentido, parecería de lógica y sentido común el disponer que las armas y equipamientos capturados pasen a poder de las autoridades militares o policiales y se pongan en uso luego de los respectivos análisis e investigaciones, tal vez codificándolas nuevamente para que sirvan a las fuerzas del bien en el control del territorio nacional.
Se ha dicho por parte del gobierno del actual Presidente de la República, que estamos en una situación de guerra interna, acosados por el crimen organizado y las mafias internacionales que intentan adueñarse del territorio nacional. Coincidimos con esta apreciación que es válida no solo para nuestro país sino para buena parte de América Latina, el continente entero se encuentra sumido en esta situación que nos angustia y que tan caro le está costando a la economía de los países, a su desarrollo, pero sobre todo al bienestar ciudadano.
En medio de esta guerra, bien podría tomarse la iniciativa del uso de las armas y equipamientos bélicos capturados, lo que podría solucionar en parte la crónica escasez de estos materiales y bastimentos que pueden ayudarnos a ganar esta guerra que sufrimos.