NECESITAMOS BAÑOS EN EL CENTRO HISTÓRICO DE QUITO
Por: ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
La verdad es que no se me habría ocurrido hablar sobre este tema que parece tan falto de interés y tan pedestre, pero la verdad es que la constatación de lo que está ocurriendo en el maravilloso Centro Histórico de Quito, me obliga a hacerlo.
Se trata de la urgente y ya crónica necesidad de esta zona de la capital de los ecuatorianos, de contar con baterías sanitarias más adecuadas y en mayor número.
Sabemos que en el lugar moran alrededor de treinta mil personas, pero esta cifra se ve multiplicada por tres o por cuatro, cada día, probablemente más en determinadas fechas, lo que hace que la cantidad de personas que circulan por la zona sea bastante considerable.
Por ello, la necesidad de baterías sanitarias se vuelve un imperativo, para prestar un servicio social a la ciudadanía, pero también para evitar que las calles se conviertan en un urinario público, un gran “meadero”, como me dijo una de las moradoras del Centro Histórico.
Si esta es una zona que atrae gran cantidad de personas que van por gestiones, por trabajo y más frecuentemente por placer, incluyendo un gran número de turistas nacionales e internacionales, es imprescindible que se doten de estos servicios en un número adecuado.
El olor que desprende el uso de la calle como espacio en el que se depositan eses y orines es nauseabundo y desastroso, invade los comercios, las tiendecitas, los lugares históricos, las casas recientemente renovadas.
Si constatamos que se ha hecho un esfuerzo considerable con la dotación del metro, se debe hacer otro, por supuesto mucho menos significativo, en cuanto a cuantía económica, para adecentar este bello espacio histórico y arquitectónico de la ciudad.
El reclamo es perentorio: ¡necesitamos más baterías sanitarias en el Centro Histórico de Quito!