LA CONQUISTA DEL ESPACIO
Muchos científicos aceptan, como hecho cierto y comprobado, que la agencia espacial norteamericana —NASA— llevó al hombre a la Luna, pero creen que ella quiere ocultar algo que pudiera ser una “información perturbadora” para la humanidad y por eso impulsa una acción de encubrimiento en gran escala.
Radioaficionados de varios países, que siguieron por medio de sus propios equipos UHF las comunicaciones de voz entre los astronautas y el centro de control en Houston —conversaciones que la NASA no permitió escuchar al público y cortó la emisión—, dijeron haber oído un diálogo escalofriante entre los cosmonautas Neil Armstrong y Edwin Aldrin del “Apolo 11”, quienes se mostraron aterrorizados por la presencia de una nave espacial extraterrestre cerca de ellos en la Luna:
— ¿Qué demonios es eso? ¡Es lo único que quiero saber!, exclamó Armstrong.
— ¡Esas cosas son inmensas, señor! ¡Enormes, oh Dios! ¡No vais a creerme!, añadió Aldrin. Y dijo: ¡Os digo que hay otra nave espacial ahí fuera! ¡Están en la Luna, mirándonos!
La NASA, sin embargo, desmintió esas afirmaciones de los radioaficionados y dijo que eran grabaciones falsificadas.
Maurice Chatelain, antiguo jefe de comunicaciones de la NASA, declaró hace varios años que “los vuelos de Apolo y Gémini fueron seguidos a distancia —y a veces de cerca— por vehículos de origen extraterrestre” y que las autoridades militares de la NASA ordenaron silencio absoluto.
Hay científicos que creen que seres no terrícolas estuvieron antes en la Luna, al juzgar por unos monolitos de más de 200 metros de alto descubiertos por el astrónomo William Blair en las fotografías tomadas en 1967 por una de las sondas del programa lunar.
La NASA, no obstante, ha negado la existencia de tales ruinas y ha hablado de “efectos ópticos” para restar importancia al asunto.
Una misteriosa y débil señal de radio que parece provenir de un punto situado entre las constelaciones de Piscis y Aries en las profundidades del espacio exterior, recibida en tres diferentes ocasiones por el telescopio de Arecibo en Puerto Rico en el 2003, intrigó a los astrónomos porque pudiera proceder de una civilización extraterrestre, según informó la revista “New Scientist” de Londres.
La NASA anunció en el 2005 que cuatro astronautas norteamericanos serían enviados a la Luna en el 2018. Quedan pocos días para el cumplimiento de la oferta.
Y el propósito sería “establecer una presencia permanente en la Luna” para misiones a destinos más lejanos, como Marte.
Los rusos, por su parte, según declaró a la prensa en agosto del 2007 Anatoli Permonov, director de la agencia espacial moscovita “Roskosmos”, proyectan su primer vuelo tripulado a la Luna para el año 2025, y a Marte, a partir del 2035.
LA CONQUISTA DEL ESPACIO
Por Rodrigo Borja Cevallos
ExPresidente Constitucional de la República del Ecuador
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