Juicio contra Pastor Evangélico quien asesinó a Juliana
Juicio contra Pastor Evangélico quien sentía deseo odio y rabia por Juliana
La bella joven a la cual asesinó sin piedad.
Continúa el juicio en contra del Pastor evangélico, Jonathan C., quien asesinó a Juliana Camoverde, bella mujer de la cual estado profundamente enamorada Según dicen periodistas que han estado siguiendo atentamente a este juicio, terminará en menos de lo previsto ya que la culpabilidad del pastor, cada vez que avanzan las diligencias es más evidente.
El pasado martes 2 de julio, primer día del juicio, el Tribunal Penal convocó alrededor de 400 personas, entre testigos y peritos. Se estimó que el proceso duraría al menos un mes. Pero no será así. La fiscal Mayra Soria reconoció que al principio tenía contemplado llamar a 114 personas. No obstante, la agente requirió la versión de 35 testigos. Lo mismo ocurrió en la defensa del guía religioso.
Paúl Ocaña, abogado del pastor, iba a llamar a más de 300 personas. Pero luego contempló solo a cuatro, porque, consideró, el resto de versiones no serán necesarias.
“La Fiscalía presentó elementos que van vinculados a la defensa y a la estrategia”. La mañana del viernes 5 de julio del 2019, rindieron versión dos testigos de honorabilidad del guía religioso. La primera fue Soraya Eraso, su cuñada, quien conoce al pastor hace 25 años y lo definió como “una persona tranquila, respetuosa y amigable”. Luego acudió Ricardo Beltrán, seguidor de la iglesia evangélica, quien describió al pastor como “un guía con buen criterio”.
La defensa del pastor tenía previsto llamar a dos testigos más, pero no acudieron. Ocaña solicitó la suspensión de la audiencia, porque, dijo, los dos testigos son fundamentales. De lo que digan ellos dependerá si Jonathan C. rinde o no su versión ante el Tribunal, explicó el jurista.
La reinstalación de la audiencia será el miércoles 17 de julio, a las 08:00. Elizabeth Rodríguez, madre de Juliana, considera que la defensa del pastor evidenció que no tiene sustento.
Dijo que -en cambio- la Fiscalía presentó pericias técnicas, testimonios y pruebas documentales. Rodríguez añadió que la declaración del perito psicológico Ítalo Rojas fue fundamental. El técnico entrevistó a los familiares de Juliana y al guía religioso.
El experto aseguró que el pastor Jonathan C. tenía deseo sexual por Juliana, “mezclado por odio y rabia”
HABLA LA MADRE DE JULIANA ASESINADA POR EL PASTOR
Elizabeth Rodríguez, madre de la asesinada mostró una volante con la imagen de su hija antes de que se instalara la audience. Por su parte el líder religioso Jonathan C., quien se encuentra detenido desde septiembre de 2018, llegó a la audiencia desde el Centro de Rehabilitación Social de Latacunga.
“La ausencia de mi hija no me deja continuar. No puedo seguir sin ella”, dijo entre lágrimas. Tuvieron que pasar siete años para que la mujer expresara ante la justicia el sentimiento de frustración al desconocer el paradero de la joven, quien hubiera cumplido 27 años en agosto próximo. La joven tenía 19 años cuando desapareció el 7 de julio de 2012 en el sector la Biloxi (sur de Quito).
La última persona que mantuvo contacto con la chica fue Jonathan C., guía religioso de la Iglesia Oasis Esperanza, donde rindió culto durante nueve años.
El Tribunal de Garantías Penales continua las audiencias de juzgamiento por presunto delito de secuestro extorsivo con resultado de muerte de Juliana. La audiencia oral, pública y contradictoria, efectuada en el piso 11 del Complejo Judicial Norte, se instaló luego de un complicado repaso por el número de testigos. Fueron llamados peritos informáticos y policiales que participaron en las diligencias efectuadas en las exploraciones de la quebrada en el sector de la González Suárez, así como agentes de Medicina Legal, además de amigos y familiares de Juliana Campoverde y del guía religioso. Hasta el auditorio llegaron en estos días 384 personas. La magistrada Sara Costales informó que para evacuar los testimonios, cada día, los testigos serán convocados en grupos de 25 personas aproximadamente.
Elizabeth la madre, fue la primera en dar su versión de los hechos en torno a la desaparición. En una hora, la mujer recordó la entrega que la joven tenía con el grupo religioso, pero sobre todo con el coro de la iglesia. Indicó que era una joven cariñosa con su familia, con sus amigos y con una entrega especial hacia la música.
De ahí su dedicación al grupo de coros. La madre reconoció que si bien su hija estaba llena de valores había un gran problema en su entorno: “Jonathan C. tenía el control de mi hija.
Ella no hacía nunca nada sin su permiso”, reiteró. Otra situación que destacó fue que a la muchacha le restringieron las relaciones sentimentales, peor aún si los chicos no pertenecían al grupo de oración.
“Le prohibieron llevar a sus enamorados y luego la sacaron del coro. Eso la puso muy triste porque a mi hija le gustaba cantar”, recordó.
HABLA EL PADRE DE LA JOVEN ASESINADA
Similar inquietud increpó Absalón Campoverde, padre de la joven, quien fue el segundo testigo en llegar al estrado. A su criterio, uno de los hechos en donde se evidenció que el guía critiano, tenía influencia sobre ella, fue cuando Juliana quiso viajar a Argentina.
Su familia le instaló un negocio de productos naturales para que financiara sus estudios y tuviera una vida independiente.
No obstante, cuando faltaba poco para su salida, la joven contó a sus padres que suspendió sus planes para iniciar su carrera fuera del país, por recomendación del guía religioso.
El progenitor cuestionó ante los jueces la capacidad de sometimiento del pastor hacia su hija. Aseguró que Juliana tenía que reportarse ante Jonathan C., incluso cuando estaba con su familia. “Siempre me decía que tenía que contarle dónde se encontraba, sino era sancionada”, reprochó.
Ese problema también lo enfrentó Julio Patricio Vasco, expareja de Juliana. El hombre, quien fue el cuarto en ser llamado por los jueces, recordó que hace 10 años mantuvo una relación con la muchacha.
Reconoció que la relación no funcionó debido a que el guía religioso se interponía entre ellos. Una ocasión, dijo, Juliana le contó que el pastor trató de persuadirla para que no tuviera enamorado.
“Le manifestó que no era el momento de formar una pareja”, expresó. Antes de culminar su versión, Elizabeth tomó fuerzas y dijo a los jueces que lo único que le interesa es localizar a su hija.
Pidió al Tribunal que se disponga que continúe la búsqueda, pero sobre todo que Jonathan C. le devuelva la honra de su hija. “Juliana nunca fue amante del pastor como él ha dicho”.
LO QUE DIJO EL PASTOR EN SUS DECLARACIONES ANTE EL JUEZ Y SUS CONTRADICIONES
En su primera declaración, Jonathan C. negó haber creado un perfil falso de Facebook con el nombre de Juan Solano, para hablar con Juliana.
El procesado confesó en su tercera versión que sí utilizó el nombre de Juan Solano. Los peritos demostraron que el perfil fue creado por él.
El pastor confesó que no ejercía presión psicológica ni emocional sobre la joven.
Un psicólogo determinó que sí la manipuló con dogmas religiosas y una relación de poder.
El procesado aseguró que la chica había fallecido producto de una caída, luego de que mantuvieran una discusión
Un médico determinó que caídas como las que sufrió Juliana no provocan la muerte, sino lesiones leves o contusiones.
El acusado mencionó que el 11 de julio de 2012, luego de que Juliana ya estaba desaparecida, ella acudió donde él y le dijo que quería irse de su casa.
Las pruebas que mostró Fiscalía determinaron que esta versión fue falsa y que se perdió el rastro de la víctima el 7 de julio del 2012.
El procesado indicó ante las autoridades que no podía revelar las conversaciones con Juliana, porque su religión le prohibía el sigilo de confesión.
Pastores indagados durante el proceso judicial y que testificaron en el juicio corroboraron que el sigilo de confesión no se practica en su Iglesia.
Cuando tuvo que declarar ante los investigadores, Jonathan C. confesó que al día siguiente de la desaparición de la joven fue a su trabajo con normalidad. La Fiscalía comprobó que no fue al trabajo y que se modificaron las grabaciones de las cámaras y los accesos de ingreso.
Dijo que no tenía obsesión por la joven desaparecida. En su poder se hallaron 200 fotografías de ella
Confesó que el cuerpo sin vida estaba enterrado en una quebrada, en el norte de Quito. Los especialistas no encontraron el cuerpo y dijeron que el pastor no colaboró.
Por Ing. Samanta León
Corresponsal de Ecuador News en Quito
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