Little el mayor asesino en serie de EE.UU.
Tras confesar 93 asesinatos, Samuel Little se convierte en el mayor asesino en serie de EE.UU.
La revelación se produjo el año pasado. Un recluso confesaba, por iniciativa propia, haber asesinado a 93 mujeres. Se llama Samuel Little, tiene 79 años y lleva encerrado desde 2012 en una cárcel del condado de Los Ángeles. Tras las primeras comprobaciones, el FBI ha anunciado que da por buena la confesión de Little, que se convierte así en el mayor asesino en serie de la historia de Estados Unidos.
Tal y como ha explicado el FBI en un comunicado, Little ha admitido haber estrangulado a mujeres vulnerables a lo largo de todo el país entre 1970 y 2005. La agencia ha verificado 50 de los asesinatos y cree que “todas sus confesiones son creíbles”.
La mayoría de sus víctimas eran mujeres marginadas, incluyendo prostitutas y adictas a las drogas. Casi todas ellas eran afroamericanas. Muchas de las muertes fueron originalmente consideradas sobredosis o atribuidas a causas accidentales o indeterminadas. Algunos cuerpos nunca fueron encontrados.
Ahora el FBI busca ayuda para identificar a todas las víctimas que no han sido identificadas, una tarea que se está complicando debido a la avanzada edad de Little, su mala salud y, en ocasiones, su memoria deficiente.
Para ayudar a ello, el FBI ha compartido 30 retratos de algunas de las víctimas realizados por el propio Little en prisión. La agencia también ha proporcionado videos grabados durante las entrevistas en la prisión con Little en los que da detalles sobre los asesinatos.
La avalancha de confesiones llegó después de que hace 18 meses un Ranger de Texas especializado en casos sin resolver pidiera interrogar a Little. Desde entonces, Little ha confesado crímenes a distintos fiscales y oficiales de policía que se han acercado a la prisión de Lancaster, California, donde cumple sentencias de cadena perpetua consecutivas por tres asesinatos cometidos en los años ochenta. Gracias a sus confesiones, los fiscales afirman que han podido cerrar docenas de investigaciones de homicidios cometidos a lo largo de cinco décadas.
“Durante muchos años, Samuel Little creyó que no lo atraparían porque pensó que nadie estaba contando a sus víctimas”, ha dicho la analista de delitos del FBI Christie Palazzolo en un comunicado. “Aunque ya está en prisión, el FBI cree que es importante buscar justicia para cada una de las víctimas, cerrar todos los casos posibles”.
“Se reía mientras moría”
El FBI señaló en un comunicado que los analistas federales tienen motivos para pensar que todas sus confesiones son creíbles, y hasta el momento las autoridades han podido corroborar 50 de sus confesiones.
Los investigadores también dieron a conocer nueva información y detalles sobre cinco casos en Florida, Arkansas, Kentucky, Nevada y Luisiana. Little, de 79 años, quien cumple una sentencia de varias cadenas perpetuas en California, asegura que estranguló a sus 93 víctimas, casi todas del sexo femenino.
Algunas de las víctimas eran marginadas sociales. Originalmente, muchos de los casos fueron determinados como sobredosis, o atribuidos a accidentes o causas no determinadas; algunos de los cuerpos nunca fueron recuperados.
El FBI difundió 90 dibujos de algunas de sus víctimas, retratos a color que el mismo Little dibujó en prisión. Son imágenes aterradoras, en su mayoría de mujeres negras.
La agencia también difundió videos de algunas entrevistas en prisión con Little. Describió cómo estranguló a una mujer en 1993, y cómo la arrojó por una pendiente de un camino desolado. “Escuché otro sonido en el camino y eso significaba que iba rodando cuesta abajo”, declaró sobre la víctima de Las Vegas.
La policía metropolitana de Las Vegas dijo que no hay un caso que cumpla con los detalles revelados, pero el FBI dijo que probablemente el cuerpo nunca fue encontrado.
“Fue a la única que maté ahogándola”, señaló. De otra, recordó que »se reía mientras moría», según una entrevista que publicó el programa »60 Minutes».
Investigadores de todo el país siguen intentando ligar las confesiones con restos no identificados y casos sin resolver de las últimas décadas. En agosto pasado, Little se declaró culpable de matar a cuatro mujeres en Ohio.
En el 2014 le condenaron por tres casos
Pese a que le detuvieron en un centenar de ocasiones –por cargos como secuestro, violación o robo a mano armada–, Samuel Little no cumplió ni siquiera diez años en prisión. Incluso logró salir un par de veces en que se le involucró en asuntos con cadáveres y mucha violencia.
La madeja de su vida secreta se empezó a desenredar en el otoño del 2012. Detectives de la policía de Los Ángeles, gracias a los análisis de ADN, lograron vincularle con los casos sin resolver de tres mujeres estranguladas en el área de la ciudad californiana, entre 1987 y 1989.
Entonces le localizaron en un refugio cristiano de Louisville, en Kentucky. Llegaron hasta él porque continuaba apareciendo en arrestos por diversas fechorías. En el 2014 le condenaron a tres cadenas perpetuas por aquellos tres asesinatos.
Los avances científicos en los análisis genéticos permitieron que a Little se le vinculara con otro sumario de 1994, otro cold case en Odessa (Texas). La víctima respondía al nombre de Denise Christie Brothers, otra mujer joven estrangulada.
Lo transfirieron a un penal texano en el condado de Ector, al parecer más tranquilo que el ruidoso y caótico de la metrópoli de Los Ángeles en el que se hallaba. El gran jurado le acusó el pasado julio por este otro crimen.
En parte el mérito se ha de atribuir a James Holland, oficial de los Rangers de Texas, quien le empezó a visitar cuando Little todavía estaba encerrado en California. En esos contactos se ganó la confianza del reo, quien, casi octogenario, decidió que había llegado la hora de hablar.
Poco queda el hombre de casi dos metros y fuerza descomunal
De su vida se sabe poco, salvo que él ha dicho que su madre “fue una mujer de la noche”. Es muy posible que naciera en prisión –donde al cabo de los años aprendió a boxear–, durante uno de los arrestos de su progenitora. Lo crió su abuela, en Ohio. En su recientes comparecencias judiciales aparece sentado en una silla de ruedas, visibles los estragos en su cuerpo de la diabetes y dolencias coronarias. Todavía le conducen muy escoltado y encadenado, tal vez en recuerdo del hombre de casi dos metros y fuerza descomunal que fue.
Su memoria resulta prodigiosa sobre detalles de hace 30 o 40 años. Todavía se excita al recordar sus descripciones y disfruta con la atención que recibe al desvelar sus crueldades.
Los investigadores lo describen como un psicópata carismático, capaz de atacar brutalmente a las “escogidas” antes de dejarlas sin respiración. Según el informe de una autopsia, a una de las mujeres la golpeó en el abdomen y le fracturó la espina dorsal.
Si algo le ofende es que le llamen violador. Dice que sus problemas de erección lo hacían imposible. Sin embargo, restos de semen, atribuidos a él por el ADN, fueron recogidos en cuerpos de víctimas. Un fiscal señaló que “alcanzaba su gratificación sexual durante las estrangulaciones”.
De confirmarse esos 90 asesinatos que se atribuye, Little será el líder absoluto en esta lista de la aberración. Gary Rigway, el asesino de Green River, figura hoy como el más prolífico con un total de 49 condenas. Sostienen que Little no muestra remordimiento alguno. Se limita a responder: “Dios sabe todo lo que hice”.
Unidad investigativa de Ecuador News
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