Duro testimonio
Duro testimonio: «Cedo el carné de discapacidad de mi hijo, con todo lo que esto implica»
Algunos no se imaginan el doloroso proceso que realmente tiene que pasar una persona con discapacidad. Esto no hace referencia a un problema de oído o alguna situación que aunque sea tema de tratar, no impide realizar actividades como a otros que sí necesitan con prioridad, beneficios para poder vivir su día a día.
En Ecuador, casos irregulares sobre el uso de carné de discapacidad saltaron a la luz en los últimos días. La indignación de los ecuatorianos ha retumbado debido a cómo este documento ha sido manipulado para entregar a quiénes no lo necesitan, mientras que otros con prioridades han tenido que esperar.
Incluso se dio a conocer que cayó una banda delictiva que se encargaba de vender el carné a 1.300 dólares. Por otro lado, los nombre de varios políticos se involucraron en este tema, por la adquisición del documento con los cuales compraron vehículos de alta gama.
TESTIMONIO
Ante todo este contexto, los testimonios de quiénes realmente necesitan un carné, no se hicieron esperar. Así es el caso de Gabriela Cueva, que compartió en una entrevista con Metro, la realidad de una persona con discapacidad. Además, la mujer logró que su crítica se viralice en las redes sociales.
El hijo de Gabriela Cueva tiene de siete años y nació con un 95% de discapacidad, por lo cual cuenta con un carné. Ella asegura que al conocer lo que estaba ocurriendo con esa situación en el país, sintió malestar. «Nunca he tenido un tinte político, pero cuando me enteré del mal uso de un llamado, entre comillas, beneficio que tienen las personas con discapacidad, sentí indignación. Así fue que quise escribir en mi perfil lo que sentía».
«Fue una crítica con mucha ironía, ante la situación que vivimos como padres de un niño con discapacidad, para decirles que si quieren nuestro puesto en el parqueadero, pues que se lleven todo lo que este implica», precisó Cueva.
Es así que ella decidió declarar: «¡Cedo el carné de discapacidad de mi hijo, una ganga!». Aquí sus palabras:
«Tiene 95% de discapacidad así que viene con buenos “beneficios” como la importación de un vehículo, reducción en costo de servicios básicos y de impuestos, reducción de pasajes, entradas a conciertos y al cine!!!
Pero eso sí, viene con ciertos elementos no negociables de uso diario y permanente:
- Una silla de ruedas con arnés. Mi hijo no puede caminar. Pero si me cedes tus piernas que funcionan perfectamente te las recibo encantada!
- Una silla postural de piso. Para que se pueda sentar a jugar, tiene arnés para sujetar su cuerpo sin tono. Pero si me cedes el perfecto tono y fuerza de tus músculos te los recibo encantada!
- Una silla para bañarse. Para poder quedarse quieto mientras alguien más lo baña. Pero si me cedes tu independencia para realizar tareas básicas, te la recibo encantada!
- Una plancha de desplazamiento. Para acostarse boca arriba a nivel de piso e impulsarse con las piernas para sentir algo de movimiento. Pero si me cedes tu capacidad motora perfectamente funcional te la recibo encantada!
- Un concentrador de oxígeno. Porque cuando tiene crisis convulsivas entra en paro respiratorio y luego necesita oxígeno por días. Pero si me cedes tus pulmones sanos y libres de neumonía te los recibo encantada!
- Sondas y jeringas de alimentación. Para su gastrostomía ya que toda su comida llega por sonda directo al estómago. Pero si me cedes tu capacidad para comer y tragar sin aspirar te la recibo encantada!
- Pañales. Para su incontinencia, los usa 24/7 porque, te dije que tampoco habla para avisar? Pero si me das tu capacidad de control de esfínteres, te lo recibo encantada!
- Monitor permanente de signos vitales. Sobretodo para uso en la noche por si deja de respirar. Pero si me cedes tus funciones vitales sanas, te las recibo encantada!
- Elementos ortopédicos y de terapia. Porque si es terapia de deglución, de lenguaje, física, visual, cognitiva, ocupacional, las hemos hecho todas. Si me cedes tu capacidad de no necesitar terapia alguna, te la recibo encantada!
Sin embargo, hay cosas que no están incluidas en el paquete:
No te incluyo su corazón que vale oro y que es incapaz de pensar qué hay gente que se aprovecharía de usar un carnet de discapacidad por sus “beneficios”
No te incluyo su alegría, porque a pesar de la adversidad encuentra razones para ser feliz en las cosas más pequeñas.
No te incluyo su valentía, para enfrentar tanto reto, tanto médico, tanto tratamiento, tanta cirugía, tanto dolor, y hacerlo como el más fuerte de los superhéroes.
¿Y su risa? No te la incluyo, es infecciosa y es mía, eso no es negociable!
¡Es una ganga la que te ofrezco! Créeme que te cedería su carnet sin pensarlo, daría lo que fuera por no necesitarlo, por nunca tener que usarlo, porque mis cuentas médicas sean racionales, y porque nuestra vida sea un poco menos complicada.
Porque mientras tú quieres comprar un auto de lujo, yo en cambio, daría todo por parquearme lejos, muy lejos de la puerta del cine y entrar caminando de la mano de mi hijo, y por supuesto, ¡Pagar todo el precio de la entrada!», finalizo Cueva.
Si muchos conocieran este tipo de historias, tal vez la pensarían dos veces antes de quitar un puesto a alguien que está a la fila de espera por un carné, por necesidades que realmente son más importantes