¿A qué se debe este acercamiento con los árabes?
Se informó que Juan Carlos I Rey Emérito de España se encuentra exilado en Emiratos Árabes, en la ciudad de Abu Dabi. ¿A qué se debe este acercamiento con los árabes?…
Alrededor de 700 años conquistaron fuerzas de nacionalidad árabe a España, de donde se inventó el sabroso plato, moros y cristianos, una mezcla de arroz con menestra de frijoles. Cuando se liberó la tierra española de la invasion árabe, estos últimos fueron llamados despectivamente moros. Este odio permanence hasta la presente por lo cual es difícil entender que el Rey Emerito Juan Carlos, haya escogido tierra de un país árabe para su exilio. Este reportaje especial de nuestro Corresponsal en España, es muy explícito para aclarar esta situación complicada y anómala.
Hace algunos días, el Rey emérito Juan Carlos I de España, comunicó a su hijo Felipe VI, su decisión de trasladar su residencia fuera de España. En un comunicado, el monarca recuerda que hace un año decidió expresar su voluntad de dejar de desarrollar actividades institucionales y que ahora, «ante la repercusión pública que está generando ciertos acontecimientos pasados» de su vida privada, ha decidido trasladarse fuera de España.
«Es una decisión que tomó con profundo sentimiento, pero con gran serenidad», explica Juan Carlos I, justificando su decisión «para contribuir a facilitar el ejercicio» de la.s funciones de su hijo como Jefe de Estado de la.. Casa Real
LOS MOTIVOS DE LA GENEROSIDAD CON EL REY JUAN CARLOS DE SUS HERMANOS ÁRABES Y ANFITRIONES
Ya es oficial: el Rey emérito está en Abu Dabi, una ciudad que pertenece a uno de los países más ricos del mundo, los Emiratos Arabes Unidos, lleno de petróleo, el famoso oro negro. Pero Juan Carlos podría haber ido a cualquiera de los otros países que se especulaban sobre su posible residencia. Porque en todos ellos tiene amigos leales dispuestos a devolver con creces al Monarca favores del pasado.
Desde el momento en que la Casa Real anunció que Juan Carlos Iabandonaba el palacio de la Zarzuela, de Madrid para residir, hasta nuevo aviso, fuera de España -una acción que, más con intención política que semántica, se ha identificado con el exilio o el destierro, cuando tiene más que ver con la expatriación voluntaria o con el turismo de ricos-, comenzaron a publicarse todo tipo de especulaciones sobre su paradero; Portugal, República Dominicana, Arabia Saudí…
Finalmente, sabemos que está en Abu Dabi, uno de los siete Emiratos Árabes Unidos, pero lo cierto es que podría haber estado también en cualquiera de los otros destinos propuestos, pues todos siguen un mismo patrón: es allí donde Juan Carlos I tiene familia o amigos leales dispuestos a devolver con creces, cosas positivas que les hizo el Rey español en un pasado algo lejano.
Por ejemplo, cuando se a le situó a Juan Carlos, en República Dominicana -en un complejo hotelero-, se decía, en el que era fácil encontrarse a la bella artista morena, Rihanna, y a tiro de piedra de la casa de Julio Iglesias-, se apuntó a que sería acogido con todo el boato posible por su íntimo amigo José Francisco Fanjul, una de las fortunas más sólidas del país, heredero -junto a sus hermanos- de los cuantiosos restos del naufragio del imperio azucarero que la familia Fanjul amasó en el siglo XIX en Cuba, consolidado durante todo el siglo XX y que trasladó de país tras la revolución castrista. El detalle que menos se ha difundido es que los Fanjul no son únicamente amigos del Rey Padre, sino familia desde hace casi un siglo.
El hermano de Juan de Borbón, y tío de Juan Carlos I, el infante Alfonso -príncipe de Asturias hasta que renunció a la sucesión por amor-, se casó en 1933 en Suiza, donde había ido a tratarse de la hemofilia, con una joven cubana de 27 años llamada Edelmira Sampedro. Fue un matrimonio breve y sin descendencia, concluido en 1937, pero que asentó un vínculo familiar entre la familia Borbón, por entonces en el exilio, y los potentados Fanjul del Caribe, de los que Edelmira era tía-abuela.
MATRIMONIO DE ALTA ALCURNIA
Y es que su hermana Elizarda se casó en fechas similares con José Gómez-Mena, uno de los hombres fuertes del poder en Cuba -fue ministro de Agricultura-, y los actuales Fanjul son descendientes de la unión de las familias Fanjul y Gómez-Mena, y parientes lejanos a la vez de su tío abuelo Juan de Borbón, padre de Don Juan Carlos. Aunque el matrimonio de Alfonso con Edelmira Sampedro no se consideró apto para que el príncipe mantuviera la primera línea de sucesión al trono de España, a la pareja se le concedió el condado de Covadonga, que Edelmira conservó tras el divorcio y la muerte de Alfonso en 1937, en un estúpido accidente de tráfico en Miami.
Esa vinculación familiar fugaz, más el título de nobleza y el afecto que tuvo Juan de Borbón por ella, su ex cuñada, durante sus muchos años de vida en Suiza -falleció en 1994-, hizo que la Casa Real española, le tuviera como una familiar de facto, con la que mantuvo siempre el contacto. Cuando en 1985 se repatriaron los restos de Alfonso de Borbón desde Miami a El Escorial, de Madrid Juan Carlos facilitó que Edelmira, ya casi octogenaria, pudiera ir a Estados Unidos a despedirse de su amor de juventud.
Para la familia Fanjul, el vínculo con la casa Borbón es tan natural que incluso llamaron Casa de Campo a su resort en República Dominicana. La conexión con Juan Carlos va, pues, más allá del mero interés: es una relación de lealtad, sostenida por una relación familiar estrecha durante más de medio siglo.
Finalmente, Juan Carlos no ha pisado el dorado destino caribeño que algunos medios le habían atribuido, pero nada le impide hacerlo en fecha próxima: le recibirían con los brazos abiertos.
EN PAÍSES ÁRABES
Una conexión muy parecida es la que existe con tres monarquías de la península arábiga, Arabia Saudí, Omán y Emiratos Árabes Unidos. En este caso no hay lazos familiares, pero sí un vínculo histórico de siglos de la corona española -con Omán, concretamente- y de amistades fértiles de Juan Carlos I con sus homólogos saudíes y en Abu Dabi, que han desarrollado, a su vez, un sentido de fidelidad que se ha activado tras la expatriación.
Omán podría haber sido un destino adecuado: entre 1580 y 1640, el sultanato perteneció al Imperio Español -adquirido en el momento en que Felipe II, Felipe III y Felipe IV fueron también reyes de Portugal-, y uno de los emblemas arquitectónicos del país, la fortaleza de Mascate, fue construida en esos años.
Juan Carlos I tuvo una relación cercana con el anterior sultán de Omán, Qabus bin Said al Said, fallecido a principios de este año. Según cuenta a LOC el historiador y profesor universitario Juan Manuel Riesgo, Omán es un país sin archivos históricos: la corona de Portugal desatendió esa tarea a partir de 1640 y la mayor documentación sobre los orígenes de Omán se conserva en el Palacio Real de Madrid.
Don Juan Carlos mantuvo una relación muy cercana con el sultán de Omán , hasta la muerte de éste. Él fue quien le regaló el conocido apartamento de Londres.
Uno de los favores que le hizo Juan Carlos I a Qabus fue facilitar el examen, traducción al árabe y reproducción de los archivos, gracias a la intermediación del doctor Ridha Mami, arabista y catedrático de la universidad La Manouba de Túnez, de la que Riesgo es profesor visitante. Riesgo apunta también que el famoso ático en Londres que Qabus le regaló al Rey Padre se debe a este intercambio de documentación valiosa.
TRATO DE FAVORES
El origen del trato de favores con Abu Dabi sería más prosaico: el jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan siempre agradecerá a Juan Carlos I el papel diplomático que tuvo al encabezar una delegación española, junto a Emilio Botín, durante la celebración del gran premio de Fórmula 1 de Abu Dabi en 2010, en la época en la que Fernando Alonso era piloto de Ferrari. En los años de la rampante reconstrucción arquitectónica de la ciudad, y necesitadas tanto Dubái como Abu Dabi de buena imagen internacional, aquel apoyo institucional se percibió como oro. El jeque le regaló a Juan Carlos I dos Ferraris -que más tarde el Monarca cedió a Patrimonio Nacional-, y ahora le ha abierto las puertas de su actual lujoso hotel.
Pudieron haber sido las puertas de un hotel saudí, por supuesto. Según Riesgo, el vínculo de amistad entre Juan Carlos I y el rey saudí, Abdalá bin Abdulaziz se estrechó cuando España le concedió a la joven monarquía árabe una distinción prácticamente exclusiva: la orden del Toisón de Oro, que en el siglo XXI han obtenido sólo un puñado de personas -aquí, la Princesa Leonor, Adolfo Suárez, Víctor García de la Concha y Javier Solana; en el extranjero, autoridades como Nicolas Sarkozy o el fallecido rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia-, y en 2007 también el monarca saudita.
Era el segundo rey del mundo árabe, después de Hussein de Jordania, que obtenía una distinción tanto o más valorada que la Orden de la Jarretera que concede la reina de Inglaterra, y según el profesor Riesgo, está en el origen de los famosos 76 millones de dólares regalados por Abdalá a Juan Carlos I, centro de las investigaciones judiciales que afectan al Rey, pero que se habrían debido a una compensación por el favor de la condecoración y no a comisiones por el tren de alta velocidad a La Meca, que se comenzó a planear con posterioridad a 2007. Según Riesgo, en la mentalidad de un monarca árabe es mucho más trascendental un honor como el Toisón que una infraestructura de transportes.
Hussein de Jordania también lo entendió así, y por eso regaló a Juan Carlos I el palacio de la Mareta, en el que actualmente veranea, el presidente español, Pedro Sánchez, y que también pasó a Patrimonio Nacional.
Para Abdalá y sus sucesores, herederos de una dinastía joven y pobre hasta que no afloró el petróleo, un gesto de reconocimiento por parte de una monarquía antigua y prestigiosa como la española se valoraba como una declaración de amistad perpetua. Más allá de otros intercambios y de intereses económicos evidentes -entre ellos, como se sabe, el comercio internacional de armas y naves de guerra-, el vínculo fuerte de Juan Carlos I con Arabia Saudí sería, ante todo, una declaración de amistad y hermandad entre reyes de igual a igual.
ACTUALIDAD
Por Lic. Rody Rivas Zambrano,
Corresponsal de Ecuador News en España.
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