Candidata que pudo haberle dado la victoria a Trump
La Candidata del Partido Libertario que pudo haberle dado la victoria a Trump y que es la aguafiestas que le hizo perder la presidencia
Una mujer se interpuso inesperadamente entre Donald Trump y Joe Biden. Su nombre es Jo, Jo Jorgensen, de 63 años y descendiente de inmigrantes daneses, profesora de Psicología en la Clemson University de Carolina del Sur y candidata 2020 a presidenta de los Estados Unidos por el Partido Libertario.
La candidata presidencial Jo Jorgensen consiguió 1.621.273 votos el 3 de noviembre. O sea, el 1,2% de la torta electoral. Su mayor éxito lo logró en los estados lejanos como Alaska y Dakota del Sur, donde llegó al 2,7%. Pero su principal mérito consistió en sacar decenas de miles de votos en Pensilvania, Georgia, Wisconsin y Arizona… Suficientes para darle la vuelta a las elecciones presidenciales si todas esas papeletas hubieran ido al casillero del candidato republicano, o sea ahora Trump sería el candidato ganador, absorviendo los votos pequeños que Trump necesitaba para ganarle a Biden en algunos estados pequeños
Jo Jorgensen votó de hecho por Donald Trump en el 2016, y lo hizo con el entusiasmo compartido por miles de su pequeño libertario que creyeron ver en él la «liberación» del yugo del Estado y la defensa de los derechos individuales. Pero al cabo de cuatro años, asegura, se sintió «traicionada» al ver cómo el presidente incumplía una de sus principales promesas: recortar el déficit…
«Si no podemos lograr que los republicanos actúen como republicanos, y eliminen el déficit de los presupuestos, alguien tendrá que hacerlo», se dijo a sí misma Jo Jorgensen en el momento de dar el salto como candidata a la presidencia 2020 por el Partido Libertario, creado en 1971 con esta premisa: «Queremos la reducción del tamaño y del intrusismo del Gobierno y la eliminación de los impuestos (…) Creemos esencialmente que los americanos deben vivir libremente y perseguir sus intereses».
EL PARTIDO DE JORGENSEN TOMA LO MEJOR DE LA DERECHA E IZQUIERDA
«Tomamos lo mejor de la derecha y lo mejor de la izquierda», suele responder Jorgensen, cuando le preguntan si ser libertario es algo así como ser «individualista a ultranza» o «anarquista de derechas». «En nuestras filas hay tantos demócratas en recuperación como republicanos decepcionados. Yo no he robado votos a nadie».
En el 2000, el spoiler o aguafiestas fue Ralph Nader, el candidato del Partido Verde que logró 90.000 votos en Florida, muchos de ellos «prestados» por el demócrata Al Gore, que perdió al final el estado decisivo frente a George W. Bush por 537 pírricas papeletas, y tras una batalla en los tribunales.
En esta ocasión, la candidata libertaria obtuvo bastantes más votos que la diferencia entre los dos candidatos en cuatro estados -Pensilvania, Wisconsin, Arizona y Georgia- que jugaron un papel fundamental en la victoria de Joe Biden sobre Donald Trump.
EN ESTADOS PEQUEÑOS LA CANDIDATA JORGENSEN ACUMULÓ UNA CANTIDAD DE VOTOS QUE SI LE HUBIESEN ATRIBUIDO A TRUMP HUBIESE GANADO LAS ELECCIONES
En Arizona, Jorgensen logró 50.642 votos, cuando la diferencia a favor de Biden fue de menos de 13.000. En Wisconsin, Biden venció a Trump por apenas 20.000 votos, frente a los 38.415 logrados por la candidata libertaria. El agónico recuento en Pensilvania sirvió para adjudicar la victoria al demócrata por 50.000 votos, y allí logró Jorgensen 78.005. En Georgia, pendiente de un recuento oficial, Biden ganó provisionalmente con el 0,3% de ventaja, frente al 1,2% logrado por la tercera aspirante (62.053 votos).
Los cuatro estados suman 57 votos y habrían sido tal vez suficientes para inclinar la balanza hacia el lado de Trump.
«La influencia en las elecciones de los terceros partidos lleva ocurriendo en Estados Unidos desde la Guerra Civil y antes incluso de que existiera el Partido Republicano», recuerda John Aldrich, profesor de Ciencias Políticas de la Duke University y autor de un incisivo artículo en la revista The Hill: «¿Debe Joe Biden su victoria a Jo Jorgensen?».
«Los votos que logró Jorgensen superaron sustancialmente a la diferencia entre los dos candidatos en Arizona, Pensilvania, Wisconsin y Georgia. Los cálculos son correctos: Joe Biden no habría logrado los 270 votos electorales y Trump habría ganado probablemente esos cuatro estados si Jorgensen no se hubiera presentado».
Pese al sambenito de spoiler que arrastra desde el 3N, la veterana profesora de Psicología acudió como si tal cosa a sus clases en la universidad al día siguiente. «A diferencia de otros profesores liberales que hablan de política ante sus estudiantes, sería escandaloso por mi parte que les robara su tiempo para hablar de mis ideas», reconoce Jorgensen. «Nunca he necesitado decirle a mis estudiantes, dentro o fuera de clase: «¡Eh, que me presento a presidenta!»».
Jo Jorgensen nació en 1957 en Libertyville, Illinois, la ciudad a la que emigraron sus abuelos daneses. Pese a sus ascendentes nórdicos, siempre tuvo querencia por el sur y se afincó durante años en Texas. En la Universidad Baylor de Waco estudió Ciencias y en la Southern Methodist obtuvo un master en la Administración de empresas. En los años 80 trabajó para IBM y poco después fundó y presidió su propia empresa informática, Digitech.
La líder libertaria hoy con 63 años. Es contraria al uso de mascarillas y al confinamiento.
Se casó, tuvo dos hijas, se marchó a vivir a Carolina del Sur y se tomó una larga pausa de maternidad que le sirvió, entre otras cosas, para dar un giro a su vida profesional al más puro estilo americano. En el 2002 se doctoró en Psicología y se especializó en organización industrial. Poco después empezó a dar clases en Clemon, y ahí sigue a los 63 años y convertida ya en abuela.
Simpatizante del Partido Libertario desde 1980, ese mismo año apoyó la campaña presidencial del candidato Ed Clark, con el multimillonario David Koch como aspirante a vicepresidente. En 1983 dirigió el tercer partido en el condado de Greenville y poco después se convirtió en su jefa de marketing electoral. Quedó tercera al primer intento, con el 2,2% de los votos, en las elecciones al Congreso por Carolina del Sur. Y en 1996 concurrió como candidata a vicepresidenta junto a Harry Browne, que logró la proeza de llegar por primera vez al 0,5% del voto popular.
Tras una larga pausa política, y espoleada «por las promesas incumplidas», Jorgensen decidió concurrir a las primarias de su partido y alcanzar la nominación en mayo del 2020.
«Los republicanos son incapaces de actuar como republicanos y recortar el déficit», declaró Jorgensen a su periódico local, The Greenville News. En la respuesta ante el coronavirus, la candidata libertaria, contraria al confinamiento y al uso de las mascarillas, va sin embargo de la mano de Trump
PERSONAJE
Por Carlos Fresneda,
desde Nueva York en especial para Ecuador News
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