Joe Biden, presidente electo de EE.UU. que asumirá el cargo el 20 de enero, denunció ayer lo que describió como un sistema de justicia desigual reflejado en la respuesta indulgente a los invasores en su mayoría blancos, que asaltaron el Capitolio el miércoles, sugiriendo un marcado contraste con la represión en las manifestaciones por justicia racial en todo el país el verano pasado.
“No puede decirme que si hubiera sido un grupo de manifestantes de Black Lives Matter (BLM) ayer, no habrían sido tratados de manera muy diferente a la turba de matones que irrumpió en el Capitolio”, dijo Biden de manera enfática en Wilmington (Delaware).
“Todos sabemos que es verdad. Y es totalmente inaceptable. Totalmente inaceptable. El pueblo estadounidense lo vio a plena vista”, agregó, citado por The Washington Post, diario que ha pedido la destitución del mandatario Donald Trump antes del 20 de enero, al responsabilizarlo por la violencia que dejó al menos 4 personas muertas en el asalto inédito al parlamento nacional.
“En algunos de sus comentarios más destacados hasta la fecha sobre la inequidad racial, un tema que a veces le cuesta discutir a pesar del apoyo de muchos votantes negros, Biden prometió que las disparidades se abordarían cuando anunció su equipo de liderazgo del Departamento de Justicia, incluido el juez de la corte federal de apelaciones Merrick Garland como fiscal general”, detalló el diario.
Un objetivo central de su presidencia, dijo Biden, sería restaurar la independencia y la reputación del Departamento de Justicia después de cuatro años de politización bajo el presidente Trump, y señaló que había elegido para ello a personas con años de experiencia en esa misma agencia.
“Quiero dejarles en claro a los que dirigen este Departamento a quién servirán; no trabajarán para mí”, dijo Biden. “No eres el abogado del presidente o el vicepresidente. Su lealtad no es para mí. Dependen de la ley, la Constitución, el pueblo de esta nación”.
Relató además que su nieta Finnegan le había enviado una foto de guardias nacionales apostados en el Lincoln Memorial durante una protesta de BLM en el verano pasado, destacando un contraste con la respuesta esta semana en el Capitolio, una disparidad que muchos han destacado.