Tocino sin pan como último deseo
Casi 40 años después de sus crímenes, ejecutaron al “asesino de la babysitter” en Florida Duane Owen
Duane Owen, de 62 años, estaba alojado en la prisión de Raiford, en el estado sureño. Rechazaron sus últimos pedidos de clemencia porque los médicos concluyeron que fingía demencia.
El estado de Florida, Estados Unidos, ejecutó a finales de la semana anterior a Duane Owen, condenado a muerte por los asesinatos de dos mujeres en 1984, entra ellas una niñera, tras dos apelaciones de sus abogados para suspender la ejecución por problemas mentales graves, que fueron denegadas.
Owen, de 62 años, recibió una inyección letal a las 18:14 hora local (22:14 GMT) en la prisión estatal de Raiford, en el norte de Florida, y fue declarado muerto poco tiempo después, según confirmó el Departamento Correccional (prisiones) de Florida.
Se trata de la cuarta ejecución del año y la número 103 desde que en 1976 se restableció la pena capital en Florida, donde actualmente hay 300 presos en el “corredor de la muerte”, tres de ellos mujeres.
Owen se despertó en la víspera sobre las 7:00 hora local (11:00 GMT), y su última cena consistió en una hamburguesa con queso y tocino pero sin pan, aros de cebolla, fresas, un batido de vainilla y café, según dijo en rueda de prensa la portavoz del Departamento Correccional de Florida, Kayla McLaughlin Smith. Ese fue su deseo de comida antes de ser ejecutado.
McLaughlin Smith dijo que Owen no recibió visitas.
Desde el año 2000, Florida permite la inyección letal como método de ejecución alternativo a la silla eléctrica, algo que los condenados pueden elegir.
Owen, que llevaba 37 años en el “corredor de la muerte”, fue condenado por los asesinatos de Karen Slattery, una estudiante de 14 años, que fue apuñalada y luego abusada sexualmente, y Georgianna Worden, madre de dos hijos, que fue atacada con un martillo y violada.
Fueron dos hechos ocurridos en el condado floridano Palm Beach en 1984, con una diferencia de unas pocas semanas entre uno y otro, y que Owen confesó haber cometido cuando fue detenido ese mismo año.
Los casos se juzgaron por separado y recibió condenas a muerte en ambos juicios.
Dos apelaciones de sus abogados para suspender la ejecución por problemas mentales graves fueron denegadas el miércoles.
Tanto el juez Clarence Thomas, de la Corte Suprema de EEUU, como el juez de distrito del sur de Florida Rodney Smith rechazaron los recursos presentados por la defensa, que antes había apelado a otras instancias con iguales resultados.
Un equipo de tres psiquiatras nombrados por el gobernador de Florida, Ron DeSantis, para evaluar la salud mental del condenado determinó en mayo pasado que estaba “fingiendo” una enfermedad mental grave, pero la defensa siguió alegando que sus problemas son “reales” -esquizofrenia y demencia entre otros- y que, según la Constitución, está inhabilitado para la pena capital.
“A Florida le interesa poco que las sentencias se cumplan de manera justa y eficiente, pero Owen (…) tiene derecho a que la suya se ajuste a la Constitución”, dijeron los abogados defensores en la apelación presentada al juez de la Corte Suprema Thomas Clarence, según informó el medio Florida Phoenix. Ese derecho incluye “la capacidad de tener una revisión judicial significativa de los complejos reclamos constitucionales que ha planteado oportunamente”, agregaron en una mención a que también alegan que se le denegó el debido proceso. Previamente siete jueces de la Corte Suprema de Florida votaron en contra de suspender la ejecución de Owen y rechazaron otras peticiones de la defensa, incluida una para que se hicieran al preso unas pruebas de imágenes para determinar el estado de su cerebro.
La Conferencia de Obispos Católicos de Florida (FCCB) solicitó el 31 de mayo al gobernador DeSantis que suspendiera la ejecución de Owen y conmutase su sentencia a cadena perpetua sin libertad condicional, pero su petición no fue atenida.
Desde 1973, más de 190 personas han sido liberadas del corredor de la muerte en EEUU por evidencias de su inocencia, siendo Florida, con 30 exonerados de la pena capital, el estado con mayor número, seguido de Illinois (22) y Texas (16).
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