Eran usado para efectuar “pagos a la tierra”
La justicia investiga a un clan familiar sospechoso de integrar en Cusco, Perú, una red vinculada a la desaparición de casi 299 menores en 2023
A unos metros de la Plaza Mayor del Cusco, en la calle Tres Cruces de Oro, en la segunda planta de un consultorio obstétrico se escondía el horror. En esta clínica operaba una mafia que practicaba abortos y atendía partos con un propósito macabro: vender a los recién nacidos a familias, y también a fetos para realizar “pagos a la tierra”, una tradición andina donde se le hacen ofrendas a la diosa Pachamama en busca de prosperidad.
La operación contra la organización criminal comenzó el pasado 4 de septiembre, cuando una mujer de 45 años fue con un bebé en brazos al hospital Manco Cápac, en el distrito de Santiago, para que le realizaran unos controles de rutina y se le aplicaran unas vacunas a su supuesto hijo, que tenía apenas 14 días. Cuando las enfermeras le dijeron que era importante que también ella fuera revisada se puso nerviosa.
Fanny Hurtado Altamirano se negó, y eso hizo sospechar a una de las obstetras, sobre todo porque el niño lloraba y en ningún momento se levantó la blusa para darle el pecho. La obstetra le pidió que lo hiciera. Después de algunas evasivas, Hurtado Altamirano aceptó a regañadientes, pero sus pechos no tenían leche. Fue entonces que desde la clínica llamaron a la Policía.
La mujer aseguraba que había dado a luz en su casa, pero no presentaba rastros de haber tenido un parto. Al descubierto, Hurtado Altamirano confesó que el niño no era suyo y les contó que solo estaba ayudando a una familia, que no había nada de qué preocuparse porque el bebé iría a un buen hogar.
Ante la presión del interrogatorio, la falsa madre confesó que había pagado tres mil soles (811 dólares) por el recién nacido a una mujer llamada Rosa Doris Huayhua Mamani, de 55 años. Se trataba de un caso de trata de personas por venta de niños. A través de las cámaras de seguridad se pudo comprobar que Huayhua Mamani había acompañado a Hurtado Altamirano hasta el hospital, y que las había llevado un tercer implicado: Rubén Mora Cuyuchi, también de 55 años. Los dos fueron detenidos ese mismo día en un centro comercial.
Los agentes y la Fiscalía dieron con el lugar donde presuntamente la pareja urdía y consumaba los robos. En el local donde aparentemente operaba un consultorio obstétrico hallaron test de embarazos, accesorios para realizar ecografías, instrumentos quirúrgicos, pastillas abortivas, pañales, ropas de bebé, comprobantes de transferencias bancarias y libretas de apuntes. Pero lo que más llamó la atención de los oficiales fue un altar con incienso y carbón.
Cuando revisaron los celulares de los detenidos hallaron en los chats algunos detalles preliminares que han trazado la ruta de la investigación: habían comercializado al menos a veinte recién nacidos, vendiéndolos a un promedio de 4.200 soles (1.135 dólares).
Los fetos, en tanto, habrían sido utilizados por curanderos en “pagos a la tierra”, una práctica muy extendida en los Andes. En junio de 2022, en el mismo distrito de Santiago, fue capturado un sujeto conocido como Brujo Malero, que tenía en su casa siete fetos humanos.
“Por el número de niños estamos ante un delito agravado de organización criminal. Los bebés se habían convertido en objetos y mercancías”, señala con indignación Alberto Arenas, vocero del Ministerio de la Mujer.
La Unidad de Protección Especial del Cusco puso bajo protección oficial al bebé por el que pagó Fanny Hurtado Altamirano, pero todavía no ha podido ubicar a la madre biológica. Los investigadores creen que es de la región de Apurímac. La Fiscalía de Trata de Personas ha hecho un llamado para que todas las mujeres que alguna vez se atendieron en el centro obstétrico sienten su denuncia de manera reservada y puedan dar mayores pistas sobre cómo operaba esta presunta red.
“No se descarta que hayan acudido a este centro clandestino y sin licencia madres adolescentes o mujeres que no querían ser madres. O también personas vulnerables que no tenían medios para sostener a sus hijos y decidieron venderlos. La Fiscalía tiene 120 días para poder recabar todos los indicios”, dice Rocío Gala, coordinadora nacional de las fiscalías de trata de personas.
El último domingo, la Corte Superior de Justicia de Cusco dictó nueve meses de prisión preventiva contra Fanny Hurtado Altamirano y Rosa Doris Huayhua Mamani por los presuntos delitos de trata de personas y falsedad genérica. Esta última se encuentra prófuga. Existe una cuarta implicada: Lizet Blanca Zambrano Huayhua, bachiller en obstetricia. Ella habría sido la encargada de certificar el nacimiento de los bebés. Está pendiente la audiencia de prisión preventiva en su contra.
INTERNACIONAL
Renzo Gómez Vega
Desde Perú
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