Medio siglo de subsidios a los combustibles nos ahogan en la miseria

por Ecuador News · Publicada 13 diciembre, 2023 · Actualizado 13 diciembre, 2023

Por Mariano Jara

El Plan de gobierno del Presidente Daniel Noboa, promete una política de presupuesto base cero, es decir, un sistema en el que las entidades justifiquen cada año sus gastos. Aplicar acciones legales contra la corrupción, incentivos tributarios para el sector productivo y excepciones de impuestos, así como mejorar el sistema educativo, salud y la construcción de nuevos proyectos hidroeléctricos.

Reducir las tasas de interés para micro, pequeñas y medianas empresas; mejorar la eficiencia y equidad del sistema judicial, cambiar las condiciones de los centros penitenciarios, transparencia en los procesos de licitación pública. El Proyecto de Ley Orgánica de eficiencia económica y generación de empleo que está en la Asamblea. Pero todavía no se escucha nada sobre la reducción del Estado, eliminación de subsidios a los combustibles, bonos de pobreza, como enfrentar el fenómeno del niño, entre otros.

En 20 días no es mucho lo que puede lograrse en términos de concretar objetivos estratégicos de política, ni lo que puede decirse sobre el futuro desempeño del gobierno. Pero esos primeros días tienen un significado simbólico y son interpretados muchas veces como un barómetro del poder de un Presidente entrante.

La definición del gabinete y la estructura de ministerios, la cantidad de decretos, leyes enviadas al legislativo y las medidas urgentes son algunos de los indicadores que se usan para analizar estos primeros días. De manera implícita, tomar muchas decisiones es sinónimo de fortaleza, capacidad de gestión y potencial efectividad de un gobierno.

Sin embargo, tomar decisiones sin un plan de gobierno que sea acordado con los principales actores sociales y que tengan objetivos y metas que sean conocidos por la sociedad puede ser contraproducente para generar horizontes institucionales de largo plazo. Poner el foco en las decisiones y las medidas urgentes subraya la implementación. Pero deja de lado como se toman esas medidas, con quiénes, a partir de qué diagnóstico, con qué calidad de información, en base a qué acuerdos, con qué objetivos y visiones de largo plazo y con qué recursos se cuenta.

El Plan Nacional de Desarrollo, es el instrumento formal y legal por medio del cual se trazan los objetivos del gobierno, permitiendo la subsecuente evaluación de su gestión. Su finalidad es trazar el curso deseable y probable del desarrollo nacional. El plan aspira a una gestión materializada y debe consolidarse a través de programas y proyectos.

Un programa, es el concepto que ordena y vincula cronológica, espacial y técnicamente las acciones o actividades y los recursos necesarios para alcanzar en un tiempo dado una meta específica, que contribuirá a su vez a las metas y objetivos del plan. Así el proyecto es definido como la unidad más pequeña de actividad que puede planificarse, analizarse y ejecutarse administrativamente, en forma independiente.

La célula básica de cualquier plan de desarrollo está compuesto por proyectos, sin ellos no puede haber ejecución posible de plan alguno. El único permisible sería la eliminación de los subsidios a los combustibles ?

El Presidente Daniel Noboa tiene un verdadero Plan Nacional de Trabajo ?, o solo está llenando las gavetas con ofrecimientos, para no quemar su proyecto político y ser candidato a las elecciones del 2025 ?.

Considerando a la crisis fiscal que atraviesa el actual gobierno, es necesario optimizar de manera eficiente cada gasto. Pero sin ninguna duda, uno de los gastos más grandes que tiene el gobierno, es aquel destinado a los subsidios de los combustibles. Estos forman parte de la historia económica del país representando en la última década más de 45.000 millones de dolares sólo para combustibles, mientras que en educación se invirtieron 18.000 y en salud 40.000 millones.

La eliminación de los subsidios a los combustibles, sin compensación o focalización, afecta de manera negativa a los hogares más vulnerables de la nación, por lo que aumentar el valor y/o a los beneficiarios del bono de desarrollo humano, vales de comida, incluso, que los más pobres puedan acceder a un transporte público gratuito, será importante.

Si bien los ecuatorianos más pobres no tienden a consumir tanta gasolina como los más ricos, la eliminación de los subsidios, aún les constaría. El aumento del BDH, una forma de focalización, es devolver a los hogares parte de lo que ahorra el gobierno por la eliminación de subsidios.

El subsidio a los combustibles fue introducido en Ecuador en 1.974 por el gobierno militar de Guillermo Rodríguez Lara. Así se inició el aumentó del gasto público y una carrera desenfrenada de crisis y deudas. La bonanza petrolera se utilizó para reforzar al régimen, sin que los subsidios fueran reducidos de manera significativa cuando la situación económica cambió, puesto que los gobiernos posteriores fueron conscientes de la impopularidad de retirarlos.

Los sucesivos intentos de eliminarlos encontraron una fuerte oposición popular y generaron serios episodios de inestabilidad política y contribuyeron a la caída de varios presidentes. Desde una perspectiva económica, social y ambiental, la permanencia de los subsidios a los combustibles es un fracaso de primera magnitud.

Los subsidios a las gasolinas y diésel son extremadamente costosos. La economía del estado hoy es difícil, mañana será imposible mantener, cuando ya no se pueda explotar petroleo en el Yasuní y dejemos de percibir miles de millones de dolares.

Es mejor soportar hambre un día que desnutrición toda la vida. Los presidentes no heredan problemas. Se supone que como candidatos conocen muy bien lo que van a recibir y por eso aceptan su postulación y se hacen elegir para gobernar y corregir y solucionar esos problemas. Culpar a cada minuto a los predecesores es una forma fácil de lavarse las manos y al mismo tiempo, demostrar su incapacidad y mediocridad para gobernar.

Decir la verdad no es derramar odio, que tu odies la verdad, es otra cosa, pero debemos convivir y ser objetivos en la vida, si queremos un nuevo Ecuador.