A niños de zonas rurales de Ecuador autobús los lleva a una «dimensión desconocida»
A simple vista parece un autobús cualquiera pero, al abrir sus puertas, niños de comunidades rurales de la provincia andina de Chimborazo, en Ecuador, entran en una «dimensión desconocida» al hallar en su interior lo que para muchos de ellos es su primer contacto con la tecnología.
Con mesas y sillas, en lugar de asientos; sin ventanas, pero con computadores portátiles, miles de niños han encontrado en el llamado ‘Bus de Animación Cultural y Digital’ un «nuevo mundo» al que se acercan inicialmente con miedo, contó a la agencia noticiosa EFE Enrique Cisneros, responsable de proyectos del Patronato de Chimborazo.
El autobús adaptado recorre desde hace 12 años localidades rurales y ha beneficiado a miles de estudiantes, que han aprovechado los quince ordenadores portátiles con los que inicialmente juegan, para conocer luego sobre programación y robótica.
Lo que se intenta -explicó Cisneros- es que se reduzca la brecha de conocimientos de los niños que viven en el campo en relación con los de las ciudades.
El autobús hace un recorrido para socializar su funcionamiento y luego coordinan la llegada del vehículo a las escuelas para que los menores reciban información de acuerdo a su edad, a partir de los 8 años.
Cisneros comentó que en el autobús hablan con los niños también sobre «la cultura básica de la comunidad, sin perder la parte esencial de la naturaleza donde se desenvuelven para que (…) entiendan que ahí están sus soluciones».
Además, se les inculca que tienen «la competencia, la capacidad y la inteligencia para poder adquirir los conocimientos a través de la tecnología», dijo.
Ello, porque básicamente en la mayoría de comunidades «no cuentan con estos sistemas informáticos ni con la tecnología». «Cuando suben (al bus) para ellos es un mundo equidistante: no saben -dijo- qué es un computador, qué es internet, qué es un programa o qué es un ‘mouse’ (ratón)».
Cuando los más pequeñitos ven por primera vez los portátiles y su funcionamiento, «se sorprenden, es como que están en un mundo extraterrestre y se nota el miedo, porque cuando van a tocar un computador, creen que se va a dañar», relató.
Por eso, el autobús tecnológico es «una manera de despertar en ellos el querer integrarse a través de la tecnología, de juegos», y luego les enseñan robótica para que realicen productos simples con materiales que les entrega el Patronato, explicó. «Es increíble la aceptabilidad por parte de los estudiantes, principalmente por el hecho de que ellos se están integrando a la tecnología, y hoy pueden manipularla, preguntar, dañar, corregir, mejorar… se ríen», relató al señalar que así los menores «se van dando cuenta de que el mundo tecnológico no es tan complicado como ellos pensaban».
El sistema del actual autobús tecnológico es antiguo, por lo que al momento buscan financiación para repotenciarlo, así como recursos para adquirir otro vehículo y veinte portátiles nuevas para expandir la enseñanza.
«A veces nos piden (el bus) tres o cuatro instituciones a la vez, y es complicado para nosotros decir ‘a ti sí y a ti no'», anotó al calcular que requieren de unos 150.000 dólares de inversión para avanzar en el proyecto y beneficiar a más niños. Por ello, aprovecharon la presencia de diplomáticos europeos en Chimborazo, liderados por el embajador de la Unión Europea (UE), Charles-Michel Geurts, a quienes expusieron el proyecto.
El embajador de Francia en Ecuador, Frédéric Desagneaux, indicó que el desafío tecnológico y de los medios de comunicación es «crucial para las comunidades un poco aisladas», y avanzó que toman nota del planteamiento, pues es necesaria la unidad para reducir las brechas de conocimiento entre las zonas rurales y urbanas.
Los promotores del proyecto harán desde este año un seguimiento a los alumnos de los últimos años de las unidades educativas, a fin de analizar los efectos del programa en sus planes de estudios superiores. Pero también para analizar otras habilidades, pues en el autobús les enseñan, asimismo, a tocar guitarra y a pintar, en convenio con la Casa de la Cultura a fin de desarrollar talleres y despertar o alimentar la vena artística desde edades tempranas en las comunidades rurales
EDUCACIÓN
Nota especial de Susana Madera
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