El bicentenario de la provincia de Manabí
Por Tatiana Hidrovo Quiñónez
Sobre un borde costero pisado por cerros se desarrollaron milenarios señoríos especializados en el cultivo de maíz y el intercambio a larga distancia, gracias a la invención de tecnología de navegación y a la difusión de bienes exóticos y sagrados, como la concha spondylus. En esta región ambiental del Pacífico, tras la invasión española, se creó la Provincia de Portoviejo y se fundó la ciudad, Villanueva de San Gregorio, el 12 de marzo de 1535.
La fundación de una ciudad española constituía un acto jurídico ejecutado por conquistadores autorizado por la corona. Portoviejo estaba destinada a ser el enclave portuario, pero la inexistencia de rutas fluviales hacia la zona interandina, alteró este proyecto. Desde entonces, sus vecinos se dieron formas de persistir para conservar privilegios instituciones y potestades, entre ellas la de subordinar a los pueblos de indios. Tras un fallido intento minero, la provincia se convirtió en un punto de enlace del comercio mundial, por medio de la introducción de mercancías chinas y de otros lugares, actividad que consolidó en la elite una cultura afín al libre comercio.
Durante el siglo XVIII desapareció el principal órgano de derechos corporativos: el cabildo. Poco después las autoridades reales pretendieron dividir la provincia para impedir que los de Portoviejo continuaran controlando los puertos de Manta y Charapotó. Tras la independencia, los criollos lograron la creación de la provincia republicana con el nombre de Manabí, parte del Departamento de Guayaquil, integrado a la República de Colombia (1824). Limitado el proyecto federalista, en 1835 el Ecuador se definió como Estado unitario conformado por ocho provincias administrativas, pero con cabildos autónomos de antiguo régimen.
Manabí debe comprenderse como una región ambiental con un proceso histórico de larga duración, relacionado con la artesanía, la agricultura y el comercio, que en la fase global capitalista actual se ha exacerbado. Contrariamente a la cultura dominante del libre comercio, un manabita, Eloy Alfaro Delgado, lideró desde finales del siglo XIX, un proyecto liberal humanista, que priorizó la sociedad y la educación, antes que el comercio y el crecimiento económico.
Loor a Manabí, mi tierra, en su Bicentenario de creación como provincia republicana. Loor a don Eloy y a su legado nacional humanista.
OPINIÓN
Tatiana Hidrovo Quiñónez
Especial para Ecuador News
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