LAS BENDITAS TARJETAS DE CRÉDITO
Desde hace algún tiempo y actualmente las tarjetas de crédito o llamado coloquialmente “dinero plástico”, se han tornado en cualquier parte del mundo muy necesarias, ya que estas suplen el dinero en efectivo (cash). Quien para obtener un plástico de estos, simplemente debe reunir algunos requisitos elementales, y ya tienen en sus manos la apreciada tarjeta de “X Banco”; pues estas entidades financieras son las que otorgan a sus clientes, convirtiéndolos en titulares y responsables absolutos del manejo. Así también puede haber usuarios autorizados, sin ser el titular principal de la tarjeta en mención. Como expresamos anteriormente, esto no es de ahora, fue lanzada en el año 1950, por una compañía de capital llamada Diners Club en EE.UU. Sus creadores fueron Frank Mc. Namara, Ralph Schnieder y Matty Simmons, surgió con el propósito de pagar cenas en restaurantes y de alguna manera suplir con la costumbre de llevar dinero en efectivo.
Y como los tiempos no son estáticos, se renuevan constantemente, estas tarjetas se utilizan ahora para muchas compras de cualquier índole, en los supermercados, las tiendas de ropa, la adquisición de teléfonos, pago de servicios básicos, en gasolineras, financiar vehículos, ¡la lista es larga!: para muchos este plástico es indispensables en sus vidas diarias. Note usted, existen varias, entre las principales tenemos, aparte de la arriba mencionada, esta Master Cards, Visa, American Expres, Discover, JCB, Unión pay, etc. Quienes conocen a fondo el tejemaneje, y saben cómo sacarle el jugo, por así decirlo, pueden aprovecharse de este medio de pago en sus finanzas comerciales como personales. Pues estas ayudan también a la creación de un buen historial de crédito para un futuro préstamo, la facilidad de hacer transacciones directas sin cash; si te la roban, se puede bloquear enseguida, hay protección contra fraudes cibernéticos y transacciones no autorizadas. Conocer a fondo el funcionamiento es de vital importancia.
Pero para quienes poco o nada conocen el chanchullo de este instrumento de pago, están en un laberinto de situaciones adversas, cuales sino hacen los correctivos del caso, vivirán eternamente bajo las presiones entre intereses y más deudas impagables. Más aún cuando, está de por medio, el mercado de la sugestión, el bombardeo publicitario, estos nos hacen fácilmente presas en las redes de compras innecesarias. A la par encontramos otros problemas inherentes en este medio de pago, dado que, podemos darnos cuenta de una gran cantidad de consumidores, cuales no tienen reparo alguno en endeudarse hasta la coronilla. En estas compras compulsivas, gastan sus ingresos de la semana o del mes en un santiamén, importándoles el cómo pagaran después. Es decir ¡se han hecho dependientes de la tarjeta! y nunca pueden estar sin comprar nada. Este tipo de comportamiento de compras genera un entorno de preocupación familiar. Debemos tener el máximo cuidado en el manejo de estos benditos plásticos, como también educarnos continuamente en nuestras finanzas, crear una saludable planificación adecuada a nuestra remuneración.
Por: Dr. Manuel Díaz Córdova