La mujer en Ecuador trabaja doble turno Convertidas en ‘Superwoman’

Informe de la Universidad
Internacional de Valencia
La «doble jornada» o «doble turno» para las mujeres en Ecuador sigue representado un tema crucial que hay que poner sobre la mesa. Hay una clara sobrecarga en el reto de no solo ser trabajadoras en un entorno laboral cada vez más competitivo e invariablemente inequitativo, sino de sostener al mismo tiempo el propio hogar.
En el país, las mujeres trabajan entre 16 y 23 horas más por semana que los hombres, según datos publicados por ONU Mujeres. El 70% de ellas son pobres de tiempo, viéndose limitadas en su acceso a educación, empleo y recreación. Incluso, el 35% de las ecuatorianas no tiene ingresos propios. Y aunque se han promulgado algunas medidas, como el Plan Nacional Mujeres, Paz y Seguridad 2025–2029, que reconoce la carga desigual, no hay mecanismos visibles para redistribuirla.
Es una realidad que, pese a iniciativas y esfuerzos, debe convivir con falsos imaginarios de empoderamiento que solo alimentan una problemática que debe solucionarse pronto. Esa noción de mujeres que pueden encargarse de absolutamente todo puede derivar en una baja calidad de vida para ellas, según lo explica la Dra. Andrea Hernández Monleón, directora del Pregrado en Recursos Humanos y Relaciones Laborales de la Universidad Internacional de Valencia – VIU, perteneciente a la red de educación superior Planeta Formación y Universidades.
«Las “dobles y triples presencias/ausencias” han dado como resultado la aparición en el imaginario colectivo de la figura de la “superwoman”, una mujer capaz de cumplir con su jornada laboral (no importa lo extensa que esta sea, ni la situación de precariedad que conlleve), que cuida a su/s hijos/as y realiza las diversas tareas domésticas. Sin embargo, este es un ideal imposible de lograr; sus consecuencias son, en gran medida, altos niveles de ansiedad y frustración al no poder alcanzar aquello que es inalcanzable, por muy deseado que sea». turno» en la salud mental y desarrollo de las mujeres
La sobre exigencia de estas dobles o incluso triples jornadas (teniendo en cuenta las labores comunitarias en ciertos casos) están impactando negativamente en la salud física, mental y emocional de las mujeres en América Latina.
Según resalta la experta de VIU, estudios de la Organización Mundial de la Salud han demostrado que la excesiva acumulación de responsabilidad genera un aumento sostenido del estrés crónico, la ansiedad, la fatiga emocional, la depresión, la mala calidad del sueño, el desequilibrio afectivo y la baja autoestima.
En cuanto al desarrollo profesional, aunque las mujeres alcanzan niveles altos de desempeño, casi siempre trae consigo un deterioro del bienestar físico y psicológico que es insostenible en el tiempo, pues sin una buena calidad de vida, se reduce la capacidad de concentración, incrementan los errores y dificultan la creatividad y la innovación.
Desafíos para transformar la inequidad del «doble turno»
Fomentar un cambio social implica que los colectivos, instituciones, sistemas y estructuras sociales se modifiquen, tal como ha tenido que suceder en las transformaciones que han hecho las mujeres para su rol en las sociedades. No se puede enfrentar algo así con soluciones cortoplacistas las medidas que se deben tomar implican una participación mucho más amplia, social, cultural, institucional, para que el cambio en la manera como las mujeres organizan y gestionan su vida sea sustancial y sostenido en el tiempo.
También es preciso señalar que nuestra sociedad ecuatoriana y latina es una sociedad machista, en donde la mujer tiene que cumplir con las labores del hogar, cuidar de los hijos y trabajar, mientras que la mayoría de los hombres solo se dedican a trabajar y no ayudan en las labores del hogar. El cambio social que se debe dar debe ser trabajada desde los hogares y formar a nuestros hijos con la convicción que las labores del hogar y el cuidado de los hijos debe ser compartida por la pareja.